El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, firmó este martes un decreto que declara al país en estado de “conflicto armado interno” y ordena a las Fuerzas Armadas “ejecutar operaciones militares para neutralizar” el accionar de una veintena de bandas criminales, en medio de una nueva ola de violencia en las principales ciudades del país. El narcotráfico pone al recién asumido presidente ante su primera crisis.
La decisión del mandatario se dio poco después de que hombres con fusiles y granadas irrumpieran en los estudios de TC Televisión, el canal público de Guayaquil, en la costa ecuatoriana, y un día después de que decretara el estado de sitio por la fuga de la cárcel del jefe de una de las bandas criminales más grandes del país, identificado con el alias Fito, a los que se sumó luego otro escape del líder de otro grupo, así como otros hechos de violencia.
El Gobierno dispuso identificar a 22 grupos organizados como “organizaciones terroristas y actores estatales no beligerantes”, dado el conflicto armado interno y ordena a las Fuerzas Armadas que ejecuten operaciones militares para “neutralizar” a estas organizaciones delictivas enumeradas. El Consejo de Seguridad puede actualizar el listado de grupos identificados terroristas.
Pasadas las 14:45 (16:45 de Argentina) miembros de la Policía ingresaron a la señal de televisión de TC Televisión, rescataron al personal de la emisora y detuvieron a algunos miembros del grupo armado que protagonizó la toma.
Hace dos días que el país sudamericano comenzó a sufrir el estallido de violencia. Siete policías fueron secuestrados en medio del estado de excepción ordenado por el gobierno, el lunes.
“Son días sumamente difíciles. La decisión importante es enfrentar estas amenazas con características terroristas de manera frontal”, aseguró el secretario de Comunicación del gobierno, Roberto Izurieta, en una entrevista con el canal digital Visionarias.
FUGAS DE LA CÁRCEL, EL DETONANTE
La fuga de una cárcel de Adolfo Macías, alias “Fito”, jefe de la principal banda criminal conocida como Los Choneros, detonó la crisis el pasado domingo.
El martes, las autoridades informaron de la huida de otro líder narco, Fabricio Colón Pico, uno de los dirigentes de Los Lobos, detenido el viernes por el delito de secuestro y su presunta responsabilidad en un plan para asesinar a la fiscal general.
Además, según las autoridades, siete policías fueron secuestrados en Machala (suroeste), Quito y en la Provincia de Los Ríos (suroeste). También se registraron explosiones contra una estación policial, la vivienda del presidente de la Corte Nacional y vehículos incendiados. Hasta el momento, no hay reportes de muertos ni heridos.
DE QUÉ SE TRATA EL ESTADO DE EXCEPCIÓN
El estado de excepción rige por 60 días en todo el país, incluidas las cárceles. La medida incluye un toque de queda de seis horas, entre las 23 y 05 locales (04 y 10 GMT).
En un video no verificado difundido en redes sociales aparecen tres agentes sentados en el piso. Uno de ellos es obligado a leer un mensaje dirigido al presidente: “Declaraste la guerra y guerra vas a tener (…) Declaraste estado de excepción; nosotros declaramos botín de guerra a policías, civiles y militares. Cualquier persona que se encuentre en las calles a partir de las once de la noche será ejecutado”.
Noboa, de 36 años, es el presidente más joven de Ecuador y llegó al poder con la promesa de atacar con mano dura a los grupos narcos, vinculados a carteles colombianos y mexicanos.
La declaración del estado de emergencia permite a las Fuerzas Armadas intervenir en el sistema penitenciario, en el que el lunes se registró la retención de una cantidad indeterminada de guardias, sin que el organismo que lo administra (SNAI) indicara si fueron liberados.
“Nosotros no vamos a negociar con terroristas ni descansaremos hasta devolverles la paz a los ecuatorianos”, advirtió Noboa en un video a través de su cuenta de Instagram. El gobernante atribuyó la arremetida en las cárceles como una represalia por sus acciones para “recuperar el control” oficial de los reclusorios.
Noboa anunció la semana pasada que construirá dos prisiones de máxima seguridad en las provincias de Pastaza (este) y Santa Elena (suroeste), al estilo de las instauradas por el presidente de El Salvador Nayib Bukele en su guerra contra las pandillas.
SECUESTROS Y VIOLENCIA
Los secuestros de policías se sumaron a actos violentos en la costera Esmeraldas (noroeste y cerca de la frontera con Colombia), una de las provincias ecuatorianas controladas por mafias.
Varios personas arrojaron un artefacto explosivo cerca de una estación policial y dos vehículos fueron quemados en otros lugares, sin dejar víctimas.
En Quito también se reportó el estallido de un auto y la explosión de un artefacto cerca de un puente peatonal. Su alcalde, Pabel Muñoz, pidió al Ejecutivo la “militarización” de instalaciones estratégicas ante la “crisis de seguridad sin precedentes”.
Ubicado en medio de Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína, Ecuador pasó de ser una isla de paz a un fortín de guerra del narco. El 2023 cerró con más de 7.800 homicidios y 220 toneladas de droga incautadas, nuevos récords en la nación de 17 millones de habitantes.
Desde 2021, los choques entre presos dejaron más de 460 muertos. Además, los homicidios en las calles entre 2018 y 2023 crecieron en casi 800%, al pasar de 6 a 46 por cada 100.000 habitantes.