Cuando se conoció la noticia del cierre del Bachillerato para Adultos en Arrecifes y en toda la provincia (el pasado 26 de febrero llegó la comunicación), parte nuestra comunidad se rebeló ante esa injusticia. Ante ello, y ante el abrazo solidario que se organizó a esa escuela “para no perderla”, presiones políticas hicieron que se desmienta esta realidad y que se desmienta a los medios a costa de mentirle sin descaro a la gente y a los propios docentes y alumnos.
Responsables de esta mentira (porque lo hicieron público), fue Cambiemos Arrecifes (oficialmente, a través de su Facebook) y la Jefatura Distrital de Educación de Arrecifes (también mediante Facebook, sugiriendo, y directamente presionando a las autoridades de la Escuela de Educación Secundaria Nº 1.
A tal punto llegaron esas presiones que el director de la EES Nº 1, Gustavo Galli, en el acto de abrazo a la escuela y ante todos los que se movilizaron, se tuvo que desdecir por la tarde de lo dicho esa misma mañana del jueves 15 de marzo en Radio Uno (107.1). Lo obligaron, claro.
Como manifestamos en su oportunidad, puertas adentro de la educación la realidad era otra: todos sabían que el Bachillerato para Adultos se cerraba. Pero para zafar inventaron dos cursos de primer año que no son del Bachillerato, que teóricamente son del Plan Fines pero que oficialmente no están reconocidos como nada. De hecho, las mismas autoridades educativas los llaman “cursos fantasmas”. Ya la mentira fue demasiado lejos porque no quedó sólo en palabras sino que están jugando con alumnos y docentes mismos.
Con el tiempo todo se sabe y pasaron muy pocos días para que esta estafa moral quede al descubierto: en la tarde de este lunes más de diez profesores del Bachillerato para Adultos fueron comunicados que se quedaron sin trabajo porque el primer año no arranca. En tanto, a otros les informaron que deben esperar hasta este miércoles para ver dónde y cómo los reubican. Claro que esa reubicación significa tener que desplazar a más profesores que tienen menor puntaje que aquellos.
Triste, muy triste. Y es peor la mentira que la dura realidad.