Decenas de autos, decenas de motos, cientos de personas. Nenes jugando, adolescentes, jóvenes y adultos tomando mates. El sol, el aire libre, la naturaleza y la magnífica vista del Viejo Molino y del río de fondo le han dado a Arrecifes un nuevo espacio, el más concurrido de la actualidad para pasear y descansar.
Durante décadas, y hasta hace muy pocos años, lo que hoy es el mejor paseo de la ciudad eran tierras abandonadas, un bosque inaccesible, lleno de basura.
La decisión del intendente Daniel Bolinaga de recuperar ese espacio y darle utilidad, poniéndolo a disposición de la comunidad para disfrutarlo, fue un gran acierto, a todas luces. Y en este caso no se necesitaba de una gran inversión, sino de ganas de hacer, de trabajar.
Hoy el resultado está a la vista. Se fue usando de a poco, hasta llegar al boom que es hoy la zona del Molino. Los fines de semana y feriados, El Molino explota de gente. Si algún desprevenido vuelve a Arrecifes después de varios años y pasa por la zona balnearia, no entenderá lo que pasa. La transformación del lugar es total.
Ojalá lo cuidemos y podamos seguir disfrutándolo.