Como estudiantes en el ámbito de la Salud, a inicios del año pasado decidimos investigar sobre el Trastorno Bipolar y su relación con la Psicoterapia, para ayudar a mejorar el estado de los pacientes y también brindar una mejor calidad de vida a estos y sus familias o personas allegadas. Esta tarea incluyo varios meses de investigación, encuestas y análisis, concluyendo en lo siguiente:
La enfermedad bipolar es un trastorno mental y afectivo en el cual el paciente sufre episodios alternos de depresión y manía, que se acompañan de síntomas físicos y conductuales. Los síntomas más comunes que presentan las personas afectadas, en el caso de depresión pueden incluir: sentimientos de tristeza y desesperanza, baja autoestima, deseos de morir, alteraciones en el sueño, cambios en el apetito, entre otros; y en los síntomas maniacos pueden presentar: autoestima exagerada, menor deseo del sueño, mayor distracción, aumento en la velocidad del habla, mayor deseo sexual y mayor nivel de energía.
Un relevamiento mundial reciente halló que la edad promedio del comienzo de la enfermedad es a los 25 años, aunque en la actualidad cada vez es más frecuente en niños en edad escolar.
Los pacientes bipolares muestran desventajas serias en el ámbito social; ya que muestran dificultades en el área de trabajo y descanso. La evolución del desorden bipolar se acompaña de altas tasas de desempleo, educación inconclusa, soltería, problemas de vivienda y otros. En cuanto a la alteración en el funcionamiento familiar; la familia es quien participa significativamente en la vida del paciente, permitiendo que se genere un apoyo afectivo al tratamiento y por otro lado, tener una aproximación en el impacto de la enfermedad en la vida de relación del paciente. Las intervenciones psicosociales como terapia focalizada en la familia asociada al tratamiento farmacológico muestran mejores resultados en cuanto a la recurrencia de episodios.
El modelo de psicoterapia familiar tiene cuatro componentes fundamentales: evaluación del funcionamiento familiar; psicoeducación sobre la enfermedad para pacientes y familias; entrenamiento en destrezas de comunicación; y entrenamiento en destrezas para la resolución de problemas.
Los objetivos de la terapia focalizada en la familia son ayudar a los pacientes y sus familiares a integrar las experiencias asociadas a los episodios, aceptar la noción de vulnerabilidad a futuros episodios, aceptar la necesidad de medicación permanente, distinguir entre la personalidad del paciente y la enfermedad, reconocer y manejar adecuadamente estresores agudos, y restablecer relaciones familiares funcionales después de los episodios.
La importancia del compromiso familiar y de las personas en relación con el paciente es indiscutible; algo que sí está comprobado es que sin su aporte y colaboración sería muy difícil de afrontar dicho trastorno. Debemos recordar que las personas diagnosticadas con trastorno bipolar pueden llegar a tener muy buena calidad de vida; siempre y cuando obtengan el tratamiento adecuado, apoyo constante, armonía y contención, entorno cálido y seguro.
La psicoeducación junto con las terapias familiares forman los pilares necesarios para lograr un desarrollo personal, familiar, profesional y social en las mejores condiciones posibles; evitando que los pacientes sean excluidos, desvalorizados, y que se sientan incapaces de verse realizados.
En el desarrollo de nuestra investigación, pudimos comprender que la sociedad no está cerrada a la información, sino que muchas veces no la tienen a su alcance. Creemos que si le damos la oportunidad de capacitarse e instruirse en los aspectos básicos de la enfermedad, todos podríamos ser parte de la evolución positiva de las personas afectadas que tenemos a nuestro alrededor. Esto es, porque si nos sentimos preparados, dejaríamos de excluir a las personas, le brindaríamos nuestro apoyo, tenderíamos a tener un ambiente cálido y afectivo, seriamos más comprensivos, solidarios y lograríamos una mejor calidad de vida en general.
Leticia Graziano – Eliana Oberti. Alumnas de tercer año de la carrera Tecnólogos en Salud, del Instituto “Ramón Carrillo” de Pergamino.