La extensa sequía y las altísimas temperaturas que debimos soportar en casi toda la provincia de Buenos Aires en los últimos meses, están llegando a su fin. Esto no significaría un alivio prolongado, ya que los especialistas afirman que es altamente probable que pasemos de un extremo al otro.
Distintos pronósticos alertan sobre posibles escenarios de lluvias extremas para los meses de julio, agosto y septiembre, situación que puede hacer retornar el drama de las inundaciones. La Corriente del Niño llegará para quedarse. “No hay obra que pare una inundación”, dijeron desde el Gobierno bonaerense.
La Organización Mundial Meteorológica confirmó que la probabilidad de instauración de un episodio de El Niño durante la primera mitad del año es baja (15% entre abril y junio), pero aumenta gradualmente hasta el 35% para el período de mayo a julio. Los pronósticos a largo plazo para los meses de junio a agosto indican una probabilidad mucho mayor, cercana al 55%.
Bajo esa premisa trabajan hoy tres ministerios provinciales juntos: Desarrollo Agrario, Infraestructura y Servicios Públicos, y Seguridad; todos respaldando a la Subsecretaría de Recursos Hídricos.
Los pronósticos se basan en los cambios que comienzan a advertirse en el Océano Pacífico. Al prolongado fenómeno de la Niña le seguiría el Niño: “Decidimos avanzar en prepararnos para lo que puede ser un fenómeno de precipitaciones extremas. Estos implica la posibilidad de lluvias muy fuertes entre agosto y principios de septiembre, producto del cambio en la oscilación del Pacífico Sur. Tuvimos tres Niñas seguidas, algo que repercutió en una sequía histórica y modificó el régimen de precipitaciones. Esto afectó no solo a la actividad agropecuaria sino lo que tiene que ver con el agua potable por la baja en las napas. Realmente la sequía ha sido muy grande. Estamos analizando el tema a través de varios organismos nacionales e internacionales, como el Servicio Meteorológico Nacional y la Universidad de Columbia, y vemos cómo se viene modificando el tema de la Niña, que está terminando y empieza a aparecer justamente el tema del Niño. Esto puede generar precipitaciones más extremas debido, principalmente, al cambio climático”, explicó el subsecretario de Recursos Hídricos, Guillermo Jelinski.
Ante un evento de inundaciones, en primer término interviene el área de Defensa Civil la encargada de intervenir. Y en el segundo, para garantizar la conectividad de los caminos (especialmente rurales), la otra pata está compuesta por el conjunto de municipios que integran la provincia de Buenos Aires. “Son los que deben hacer su propio plan de riesgo, interactuar con los organismos públicos y avisar del riesgo a la población”, amplió el funcionario. En definitiva, la intención es “ir preparándonos de manera conjunta”.
“La etapa que viene es enviarles el formulario para definir un referente de cada Municipio y que avancen con la limpieza de canales, la reparación de alcantarillas. Es decir, la necesidad de obras mínimas de mantenimiento. Las grandes obras las venimos ejecutando nosotros en los diferentes municipios. La Provincia lleva invertidos más de 64 mil millones en obras hidráulicas y estamos en 70 municipios con más de 90”, relató Jelinski.
Respecto de Arrecifes, destacó la obra que se realizó en nuestro río durante la gestión de María Eugenia Vidal para paliar las inundaciones. No obstante, reflexionó: “No hay obra que frene las inundaciones cuando las lluvias son grandes y en breves lapsos. El ‘no se inunda más’, no existe”.
“Cuando la obra se vea superada por una precipitación mayor a la que teníamos, va a trabajar en parte. Por eso es tan importante la gestión de riesgo por parte de los municipios con sus planes de contingencias para saber cómo tiene que actuar la población. La idea de la Mesa es llevar la percepción de riesgo a toda la comunidad. Venimos limpiando arroyos y cauces y pidiéndoles a los municipios que retiren los residuos. Estamos pidiendo que mantengan limpias las alcantarillas. No existe una solución definitiva a un problema de inundación”, concluyó.