La decisión del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires de incluir a Arrecifes dentro de las nueve ciudades que retroceden a Fase 3, generó controversias en nuestra ciudad.
Muchos vieron bien esta medida y muchos otros, la criticaron. Incluso se inventaron, una vez más, teorías conspirativas respecto de imaginarios “castigos” por ser la Provincia y Arrecifes de distinto color político.
Lo cierto es que los datos oficiales que maneja el Ministerio de Salud bonaerense (enviados desde nuestra propia ciudad), registran 435 nuevos contagios de Covid-19 entre el 1 y el 31 de diciembre en Arrecifes.
A estos hay que sumarles las personas que son contacto estrecho de casos positivos, presentaron síntomas y se aislaron voluntariamente. La mayoría de estas situaciones no fueron informadas siquiera al sistema de salud local.
Los +/- 500 nuevos contagios en un mes decidieron a la Provincia a retroceder a Arrecifes de fase. Teóricamente en acuerdo con el intendente Javier Olaeta, según manifestó públicamente el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco.
Dentro de este panorama, el jefe comunal arrecifeño manejó coherentemente la situación, tratando de no perjudicar la actividad económica de nuestra ciudad e intentando frenar las “juntadas nocturnas”, las que todo indica serían las principales generadoras de este rebrote.