La derrota en semifinales del Clausura 2022 por penales contra la Peña de Boca Juniors (tras haber empatado 0 a 0) fue el único traspié de Villa Sanguinetti en duelos eliminatorios en los últimos dos años. Fuera de ello, el Rojo viene ganando absolutamente todo en el fútbol arrecifeño.
Los dirigidos por Martín Díaz fueron campeones del Apertura 22, de la Temporada 22, del Apertura 23 y ahora también del Clausura 23, en el que ganó la Fase Regular y también los playoffs.
Anoche, en la final de playoffs disputada en el Estadio Municipal Pablo Zabaleta, el Villense sufrió más de lo que se presumía ante el duro Sportsman. Los 90′ terminaron 1 a 1 y el bicampeón se impuso 4 a 2 en los penales.
A diferencia de lo que habitualmente sucede, el Lobo salió a atacar a Villa desde el inicio. Se le tiró encima y lo encerró contra su arco, estrategia que le dio resultado ya que a los 8′ logró ponerse en ventaja. Ignacio Lousame controló un centro en el área y, en una gran jugada, asistió a Marcos Rocha para sentenciar a Kevin Gómez.
A partir de allí el encuentro se hizo trabado, con el equipo carmeño proponiendo un juego friccionado y el arrecifeño con dificultades para imponer su conocida circulación de pelota. Fue una clásica final entre los dos mejores conjuntos de la Liga, sin regalar nada, al punto que Villa necesitó de un penal para llegar al empate.
Fue a los 30′ del complemento, cuando tras una pelota larga Matías Frattino ingresó al área y provocó la falta del arquero Gaspar Rubio, que “se lo comió” en su salida. Julián Alarcón se encargó de convertir la falta en gol ante su ex equipo para sellar el 1-1 definitivo.
En la definición desde los 12 pasos, Villa fue más efectivo y se impuso 4 a 2, para sumar una nueva estrella.
Si bien el representante del barrio más grande de Arrecifes cuenta con el mejor plantel de nuestra Liga, en calidad y en cantidad; lo destacable es su efectividad, el no conformarse nunca para sostener en el tiempo su bien nivel de juego. Villa afronta todos los duelos como si nunca hubiera ganado nada y nunca da un partido por perdido, no se entrega ni cmabia su estilo.
Esto es producto de la constancia de un proyecto futbolístico que lleva más de cinco años, con chicos que arrancaron jugando juntos en quinta división y hoy son figuras en Primera. Esa base y el sentido de pertenencia hacia el club, marcan la diferencia. Villa puede reforzarse más que otros, es verdad, pero lo hace agregándole un plus a una estructura ya conformada. Su éxito se sostiene en el trabajo permanente y definido, convencido de que ese es el camino.