Dolor, bronca, desconcierto y una tristeza enorme nos invade a todos los integrantes del equipo de Diario Noticias y Radio Uno, porque Julio Fontanet era uno de los nuestros, definitivamente. Y uno de los mejores.
Fue en el mes de julio del año pasado cuando Julio, precisamente, comenzó a participar del programa “Nadie Nos Escucha” como oyente, mediante audios por Whatsapp, mientras trabajaba en su rapipago de Villa Sanguinetti. Su buena onda y su espíritu siempre bien alto eran un aporte valioso para nosotros, poniendo frescura para sacarnos un rato del ritmo de noticias no siempre lindas en tiempos de pandemia.
Cuando por razones de salud (su accidentada pierna que tanto lo hacía sufrir), tuvo que dejar su trabajo, desde su casa Julito se convirtió en un integrante más de la radio. El más cumplidor de todos.
Cualquiera de nosotros podíamos faltar un día, pero él jamás. Religiosamente, todos los días a las 9:00 se prendía a la 107.1 pero ya no como oyente sino como un integrante más. A esa hora estaba firme con su saludo por Whatsapp y no nos abandonaba hasta las 12:00, hora de finalización del pograma. Y muchas veces impulsándonos a que siguiéramos unos minutos más. Así todos los días durante seis meses.
En este tiempo que nos acompañó, Julio tuvo que atravesar situaciones muy duras, difíciles de verdad. Y las compartió con nosotros y con nuestros oyentes. Como el día en que, con un valor enorme, decidió que le corten la pierna que tanto dolor le causaba. “No quiero sufrir más”, comentó.
La operación salió muy bien y enseguida esta admirable persona se reincorporó al programa. Era lo que le gustaba, lo que lo distraía, lo que lo hacía reír. Y a nosotros nos gustaba más aún que él participara. Siempre lo hacía con la mejor onda, interactuando con otros oyentes a los que consideramos casi familia porque, por ese maravilloso medio que es la radio, “nos hablamos todos los días”. Julio ya se había convertido en un personaje.
El Covid también lo afectó a él y empezó a sentirse realmente mal. Que un día no recibiéramos sus mensajes significaba que Julito no estaba para nada bien. Si no, era imposible que falte.
Debió ser internado en el Hospital Municipal y hasta desde allí siguió contándonos de su situación por audios de Whatsapp, mientras pudo hacerlo. Luego le dieron el alta de Covid y volvió a su casa, pero continuaba con muchos dolores. Nos faltaba Julio en la radio y eso nos preocupaba mucho. No por el programa sino por él, claro está. Nuestro compañero, nuestro amigo, el que no faltaba nunca… Algo malo estaba pasando y no sabíamos cómo podíamos ayudarlo. Nos costaba hacer el programa.
Particularmente, esta mañana recibí el llamado de un amigo en común, el Negro Bragado, que siempre estuvo al lado de Julio. Agarré el teléfono y la verdad es que no quise atender porque imaginaba por qué me llamaba y yo no estaba preparado para escucharlo. No quería. Como si no atenderlo significara que pudiera evitar la realidad. Pero a la dolorosa noticia me la hizo llegar por mensaje.
¿Tanto luchar y tanto sufrir para esto? Un tipo con tanta garra, con tanto amor, con unas contagiosas ganas de vivir. Un padre, abuelo, esposo, tío, amigo y en todos los sentidos admirable, espectacular.
Julio Fontanet, cuervo de ley, fanático de San Lorenzo de Almagro (no quisiera que en su despedida faltara la mención al Ciclón), nos dejó a los 60 años de edad. Estamos muy tristes y golpeados porque se fue uno de los nuestros; sin dudas la mejor persona de todos nosotros.
Que en paz descanses, amigo. Dicen que Dios se lleva primero a los mejores, y capaz que sea cierto.