En la mañana de este martes los restos de Carlos Alberto Pairetti fueron trasladados a San Isidro, más precisamente al Cementerio de Boulogne. En el camino, antes del mediodía, el cortejo se detuvo en San Antonio de Areco, donde se le realizó un sencillo homenaje.
Ya en Boulogne, desde las 13:30 en el mismo cementerio se realizó un responso al que asistieron muchos amigos y conocidos que el piloto tenía en la zona del AMBA. Y más tarde allí se procedió a su cremación.
La ceremonia de despedida de una de las grandes figuras de la historia del automovilismo argentino, continuará el próximo fin de semana cuando su pueblo natal de Clucellas, en la provincia de Santa Fe, le brinde su homenaje final. Allí Carlitos descansará eternamente junto a sus padres.