El brutal femicidio ocurrido en las últimas horas conmueve a la ciudad de Junín y a todo el país, fundamentalmente porque el asesino estaba denunciado y tenía una restricción de acercamiento que nadie garantizó.
Walter Urbieta, de 48 años, mató a su expareja, Claudia Leguiza, de 47 años, en la localidad bonaerense. La víctima fue salvajemente asesinada a fierrazos en su domicilio del barrio de San Juan, de Junín.
Posteriormente, el autor huyó del lugar y horas más tarde, cuando estaba siendo buscado por la policía, fue encontrado sin vida en la ruta 65. Los investigadores creen que se trató de un suicidio.
Según fuentes del caso, el homicidio agravado fue el resultado de una violenta discusión entre Urbieta y su expareja. Tras la autopsia del cuerpo de la víctima, se identificaron huellas de lucha, lo que confirma que la mujer intentó defenderse en un enfrentamiento antes de que terminen con su vida.
Tras hallar el cuerpo de Claudia Leguiza, se desplegó un amplio dispositivo policial para localizar y capturar a Urbieta. El conductor de transporte público del club Sarmiento, después del acto, agarró su moto y huyó del lugar del crimen. El agresor fue encontrado al día siguiente en la ruta 65, calcinado, a unos metros de su auto.
PUDO HABERSE EVITADO: ELLA LO HABÍA DENUNCIADO
Vanina Lisazo, titular de la fiscalía encargada del caso, ha visitado el lugar del crimen. La policía, personal del cuerpo de bomberos y una unidad forense, estuvieron en la vivienda donde se desató la tragedia, para intentar esclarecer las circunstancias que rodearon el asesinato.
Según la declaración de un vocero de la policía, ya existían medidas cautelares de acercamiento por denuncias previas. Los investigadores de la Dirección Departamental de Investigación (DDI) de Junín trabajaban en el caso, para dar con el asesino que fue encontrado muerto. Si se confirma que Walter Urbieta se suicidó, el acto calificaría como homicidio agravado por feminicidio, seguido de suicidio.