La pirotecnia de alto impacto sonoro está prohibida en Arrecifes desde 2016, tanto su venta como su utilización. Sin embargo, una vez más, en la llegada de este año nuevo los estruendos se multiplicaron en todos los sectores de la ciudad.
Con los perjuicios que ello causa a personas con sensibilidad auditiva o neurológica y también a los animales, son muchos los perros que se perdieron intentando “escapar” de no saben qué ni hacia dónde. Pero los pobres canes se asustan, se sienten mal y buscan cualquier tipo de resguardo.
En las redes sociales se pueden observar pedidos de colaboración de vecinos para encontrar a sus mascotas.
Una vez más sucede en Arrecifes esta práctica incomprensible y uno se pregunta qué placer causará en las personas que utilizan pirotecnia escuchar explosiones y hacer tanto daño. Realmente no tomamos conciencia; no tenemos conciencia como sociedad.
Y aparte de ese problema, las autoridades municipales mostraron una vez más su desidia. Si está prohibido por ordenanza, desde hace más de seis años, vender pirotecnia, ¿cómo es que en Arrecifes se comercializa sin problemas? Algo no funciona bien, por no ir más allá en el análisis de esta irregularidad.
Y de controlar, ni hablar…