Agustín Canapino volvió a correr en TC 2000 y ganó en su regreso. Lo hizo en los 200 Kilómetros de Buenos Aires, en el Autódromo porteño, como invitado de Damián Fineschi en el Chevrolet Cruze del equipo PRO Racing.
Pero el arrecifeño no sólo ganó junto a Fineschi sino que dio una auténtica clase de manejo, exhibiendo un nivel conductivo altísimo. El sábado se quedó con el Sprint para pilotos invitados y el domingo se recuperó desde el sexto lugar en el que volvió el auto a pista, luego de que su compañero lo dejara primero, por un demorado cambio de piloto en boxes.
Con grandes maniobras, Agustín fue superando uno a uno a los competidores que le quedaron delante; con el broche de oro para tomar la punta en un relanzamiento pasando por fuera nada menos que a Matías Rossi.
Terminada la carrera, Canapino no pudo contener las lágrimas y se desahogó. En los últimos meses, cuando se produjo su salida de IndyCar, debió soportar muchas injusticias y callarse como el impecable profesional que es.
“Necesitaba esto. Fue un año muy duro para mí; me la hicieron pasar muy mal”, fue lo único que deslizó para sacarse de adentro apenas un poco de toda la angustia que carga.
Es que a Agustín y su esposa, Josefina Di Palma, el equipo Juncos Hollinger Racing les había asegurado un futuro en Estados Unidos. Y en base a ello, tomando una decisión personal y familar difícil, comenzaron a construir su futuro concientizándose de que su vida estaba en el país del norte. Compraron muebles para armar su residencia estable y Josefina empezó a buscar oportunidades laborales propias, entre otras cosas.
Pero poco tiempo después, le cambiaron todo y -hablando en criollo- lo bajaron. No sin antes dispensarle ciertos destratos para que la relación se desgaste. Aún cuando continuaba corriendo en IndyCar. Feo, muy feo. Buscaron que Agustín se sienta incómodo y lo lograron. Lo que no consiguieron es que el Titán baje los brazos.
Su salida del JHR no tuvo nada que ver con lo deportivo. Fue todo externo (económico y político) y ajeno a él. Es posible que la verdad nunca salga a la luz, que nadie pueda confersarla. O debería pasar mucho tiempo para ello. A Agustín siempre le dolerá la injusticia que sufrió (rayando con la traición), pero este domingo, al menos, se alivió un poco.
“FUE UN AÑO MUY DURO, ME LA HICIERON PASAR MUY MAL”
? Un emocionadísimo @AgustinCanapino después de ganar los #200kmBA del #TC2000 . pic.twitter.com/8mgCEovjII
— Campeones ? (@Campeonesnet) October 6, 2024