La gobernadora María Eugenia Vidal y todo su gabinete se tomaron dos días de descanso en la playa, más precisamente en Chapadmalal, lugar que Cambiemos utiliza habitualmente para sus clásicos y curiosos “retiros espirituales”.
Pasaron allí el jueves, viernes y finalizaron este sábado luego del almuerzo, cuando en las primeras horas de la tarde los funcionarios emprendieron el regreso a sus domicilios.
El presidente Mauricio Macri se sumó en la noche del viernes.
En medio de una ola de versiones y una creciente preocupación en Cambiemos por el futuro electoral en un contexto económico muy difícil, la gobernadora Vidal y sus ministros eligieron la tranquilidad de la residencia oficial de Chapadmalal para llevar adelante un retiro que permitiera reflexionar y aunar esfuerzos para la difícil tarea que viene.
Con el objetivo de repasar lo realizado, corregir algunos rumbos de la gestión provincial y, fundamentalmente, establecer criterios y acciones para encarar la campaña electoral en la búsqueda de la reelección de la Gobernadora, el Gabinete se encerró junto al Atlántico desde el jueves hasta este sábado.
La idea desde el primer momento fue manejar con hermetismo lo que sucediera en esas 48 horas, más allá de dejar trascender algunos datos de color, como por ejemplo el lucimiento nuevamente del ministro Federico Suárez frente a la parrilla (festejaron su cumpleaños con un gran asado). Sin embargo, es obvio que en la intimidad del gabinete provincial se hacen eco de los imponderables políticos de las últimas semanas.
Se habló, por supuesto, del escándalo del espionaje ilegal que se hizo a la gobernadora, de las dificultades electorales que afronta Cambiemos, cada vez más severas a medida que la economía no repunta y, por qué no, de las crecientes versiones acerca de que será Vidal quien finalmente quede como candidata a Presidente si es que Mauricio Macri no logra revertir la tendencia a la baja en las próximas semanas.