Escenario:
-Reiteradas y numerosas denuncias por corrupción y malversación de fondos contra la gestión de Javier Olaeta en la Municipalidad de Arrecifes. No existió antes en ningún gobierno municipal en nuestra ciudad.
-Ninguna de esas denuncias fue iniciada desde la oposición ni de la política. Todas fueron tomadas de vecinos, de empresarios, de propios colaboradores del Intendente y hasta salidas desde el propio Ministerio Público Fiscal, un área de la propia Justicia.
-Como debe ser, intervino en Concejo Deliberante a través de sus tres bloques opositores (no uno: tres). El bloque oficialista radical, en férrea defensa de su intendente, negándose a tratarlas con el argumento del silencio y el repetido desvío del tema: “Vayan a la Justicia”.
-Los concejales no oficialistas fueron a la Justicia. ¿Resultado? La fiscalía les tomó todas las denuncias, no desestimó ninguna, e inició cuatro causas penales contra la Municipalidad de Arrecifes. Esto significa que hay suficientes elementos para presumir la existencia de delitos. No existió antes en ningún gobierno municipal en nuestra ciudad.
-Confirmación del fiscal interviniente en las cuatro causas que hay funcionarios investigados por enriquecimiento ilícito.
-Concejales no oficialistas que piden al Intendente documentación sobre las obras, licitaciones, becas y demás, para controlar qué se hizo con el dinero. Y pese a que la documentación debe ser pública, el Intendente se niega a enviarla al Concejo Deliberante, incumpliendo lo que es su obligación como funcionario público.
-Concejales no oficialistas que intentan conformar una comisión investigadora o citar al Intendente a dar explicaciones públicas ante tamaño escándalo. Concejales de Olaeta que se niegan.
-Licitaciones millonarias que siguen llegando al Concejo para su aprobación con numerosas irregularidades. La oposición no las aprueba y marca las ilegalidades. ¿El Intendente las arregla? No. Consigue “dar vuelta” a una concejal opositora para que le vote a favor y tener mayoría propia para aprobarlas sin tocarlas.
-La concejal que decidió de golpe apoyar al Intendente que hasta hace dos días enjuiciaba, no asiste a la sesión de apertura, donde debía hablar como única representante del bloque “Anti Grieta”.
-Anoche, el Intendente en la sesión de apertura (primera del período de sesiones ordinarias) presente en el Concejo cara a cara con los concejales.
-Los ediles no oficialistas que le dicen a Olaeta frente a frente que su gestión “es corrupta”, que “son ladrones”, y le piden que responda a preguntas sobre estos hechos delante de toda la comunidad, “para sacarle las dudas a la gente”. El Intendente hace silencio y no acepta la propuesta.
-Turno de hablar de Olaeta: menosprecio hacia los concejales y hacia la comunidad que le dio el compromiso de representarla; soberbia, altanería, tono agresivo, descalificaciones, sin contestar a ninguna de las acusaciones que le hicieron minutos antes.
-El Intendente habló de lo que quiso y apeló a lo más bajo: meterse en la vida personal de los concejales. A algunos los trató de vagos, de vivir del Estado puestos a dedo (acá la ligó también Martín Reddy, que fue “puesto a dedo” como responsable del CIC durante la gestión de María Eugenia Vidal).
-“A mí siempre me votó la gente”, “a ustedes no les interesa el trabajo porque a fin de mes tienen siempre su sueldo del Estado”, lanzó increíblemente. ¿A sus propios funcionarios también los votó la gente? ¿De dónde cobra él y todos los integrantes de su gestión, sino es del Estado?… Legalmente, digamos.
-A otros concejales, Olaeta los mandó a “poner el lomo” en su vida personal, como a Fernando Bouvier, “criando chanchos como lo hacía antes con su hermano. Ahora no pone tanto el lomo”.
-A Sebastián Reigosa le dijo que “usted no pagaba los impuestos de su casa hasta 2015”. Bajo, bajísimo, miserable. Sea o no cierto, el Intendente utilizó información confidencial para atacar. Y sea o no cierto, ¿eso invalida las denuncias por corrupción y el trabajo comprometido de Reigosa como concejal? A Sebastián nadie lo acusa de quedarse con un peso que no es de él.
-“Esperen que falta poco para las elecciones, muchachos. Preséntense a ver si la gente los vota”, lanzó con soberbia e ironía el jefe comunal, olvidándose que si están sentados en sus bancas, es porque la gente también los votó a ellos. Y que “no hay que esperar”; tienen la obligación de controlar la gestión del Intendente. Eso están queriendo hacer.
¿Resultado? Un escándalo. Jamás en la historia de Arrecifes se levantó una sesión de apertura por falta de quórum, porque al no dejarlos responder, los concejales que no avalan la corrupción se fueron del Recinto.
-¿Se aclaró algo de los hechos de corrupción, aprovechando que estaban todos frente a frente? Nada. Quizás el Intendente buscó eso y le salió bien: hoy se habla del escándalo en el Concejo y no de corrupción.
PD: Meterse en la vida personal. No hay que cometer la misma bajeza de Olaeta contestándole con SU vida personal. No corresponde.
PD 2: Para no repetirlo ante cada párrafo, nada de esto sucedió nunca en la historia de la democracia arrecifeña; ni con radicales ni con peronistas en el gobierno.
Imágenes de AM Noticias