Más de 600 personas agotaron anoche los lugares disponibles para la Cena de los Campeones, en el circuito Costanero del Arrecifes Automóvil Club, en celebración de los títulos 2017 de las dos categorías más importantes de la ACTC que quedaron en manos de pilotos arrecifeños: el de TC para Agustín Canapino y el de TC Pista para Valentín Aguirre.
Este hecho histórico para nuestra ciudad que, como dijo Valentín, quizás no se repita, fue festejado como se merece, con una impecable organización de la Municipalidad de Arrecifes y de los propios Canapino y Aguirre.
La noche de este viernes tuvo todos los condimentos, desde un clima que acompañó: pasión, emoción, colorido, alegría y un enorme orgullo arrecifeño por lo que representa el automovilismo en nuestra ciudad.
“La 15”, hinchada de Chevrolet, se llegó a Arrecifes con su líder, el popular “Muralito” a la cabeza, poniéndole ruido y color a la cena con bombos y banderas en el marco de un permanente respeto. Y no era para menos; en la cena estaban los dos máximos ídolos de la marca de la actualidad: Agustín, por supuesto, y el séptuple campeón Guillermo Ortelli. Además del ya retirado gran referente del Chivo, Marcos Di Palma, ahora en su rol de diputado provincial.
La ceremonia se abrió con la presentación de los autos que estrenarán el próximo fin de semana en Viedma los campeones: el Chevrolet del Canapino Sport con el 1 en sus laterales y el Dodge del JP Carrera que llevará el 133.
Aparte de Ortelli y Marcos, muchas otras figuras acompañaron la celebración: Alberto Canapino (principal impulsor de la fiesta), Gustavo Lema (titular del JP Carrera), Carlos Pairetti, Rubén Bulla, Norberto Fontana, Josito Di Palma, Nicolás Trosset, Sergio Polze (dueño del Sportteam, equipo con el que Agustín ganó siete títulos en Top Race), Lucas Guerra, Guillermo Cruzzetti, el Mono Gagliardi (en representación de la ACTC), y periodistas de Campeones, Carburando y Fox Sports, entre otros.
Los integrantes de los equipos campeones, Canapino Sports y JP Carrera, también estuvieron presentes casi en su totalidad, ambos con muchos integrantes arrecifeños.
La fiesta no tuvo baches, bajo la excelente conducción de Nacho Bilbao: hubo homenajes, sorteos, entrega de presentes y breves discursos de los principales protagonistas de la noche. El intendente Javier Olaeta ratificó la firme decisión de su gestión de gobierno de continuar dándole impulso a la principal e histórica riqueza arrecifeña como es la generación de pilotos, preparadores y mecánicos.
Y fue muy saludable la convocatoria que el jefe comunal le hizo a Marcos Di Palma para subir al escenario, dejando de lado toda diferencia política para que el popular piloto cuente su experiencia cuando acompañó a Agustín a subirse a un auto de carreras por primera vez y lo condujo en sus inicios, ante la negativa de Alberto Canapino, a quien finalmente convencieron de que su hijo tenía grandes condiciones. Y también recurrió a sus clásicas bromas: “Me encontré con Guillermo Ortelli, con quien tenemos siete títulos de TC entre los dos: él siete y yo ninguno”.
El show humorístico de Alejandro Gardinetti también fue brillante, generando una sucesión de carcajadas en los presentes durante una hora.
Arrecifes volvió a mostrarle al país, esta vez en su casa, su enorme jerarquía automovilística, reconocida unánimemente por todos los visitantes.