La falta de ventas y la asfixiante presión impositiva están provocando el cierre de muchos negocios y la búsqueda de otras alternativas.
“Arrecifes es una isla”, se decía hace muchos años respecto de que no sufríamos como la generalidad del país la inseguridad, que tampoco éramos tan beneficiados ni perjudicados según sea el contexto económico del país o que acá se vivía distinto.
Hoy no pasa eso. Dejamos de ser “una isla” y pasamos a vivir el mismo contexto crítico de un país que hace muchos años se viene degradando social, educativa y económicamente, situación que se agravó en los últimos tiempos.
La realidad del comercio local es decidídamente crítica, como la de la gran mayoría de los sectores. La falta de ventas, el constante aumento de precios de los productos, la suba de alquileres y de costos laborales, los tarifazos, los impuestos cada vez más asfixiantes y las presiones de ARBA, AFIP, Ministerio de Trabajo y otros organismos del Estado dedicados a ahogar al laburante, han tornado insostenible la situación.
A raíz de ello, lo que más se observa en Arrecifes es el cierre de comercios para trasladarse a trabajar a sus casas y “a puertas cerradas”, para evitar impuestos y alquileres, fundamentalmente; prescindiendo además de empleados.
La competencia es desleal para los comerciantes en regla, ya que son más hoy los que lo hacen fuera de la legalidad; no porque quieran evadir sino porque no les queda otra alternativa. Y los negocios tradicionales también se están volcando a esta última práctica.
Se venden comidas cocinando en casa; se vende ropa en los domicilios particulares; se corta el pelo también en muchas viviendas o a domicilio; los pocos talleres de costura que quedan también están llevando máquinas cada vez más a particulares. Existe una oferta enorme de locales en alquiler y una demanda casi nula.
La situación comercial está a punto de explotar y no se observa una salida. Por el contrario, día a día se agrava más.
La Cámara de Comercio e Industria de Arrecifes ya no sabe qué gestión política o ante entidades superiores hacer. Nadie les da respuestas.
Los comerciantes ya no soportan más (hay negocios que no concretan ni una sola venta en todo un día) y el Gobierno nacional sigue asfixiando como si nada pasara. Aparentemente, hasta matarlos del todo.