Con el brazo derecho inmovilizado y hematomas en la cara producto de la caída sufrida en San Andrés de Giles, pero con una energía y una fe inquebrantables, la abuela peregrina Emma Moroncini cumplió su promesa. Este jueves terminó de recorrer caminando los 1.210 kilómetros que separan San Miguel de Tucumán de Luján, pidiendo por la paz del mundo y los niños.
Miles de personas esperaron a la admirable anciana de 91 años en su llegada a la Basílica para encontrarse con la Virgen de Luján, de la cual se hizo devota al escuchar hablar de ella al Papa Francisco. Emma fue recibida con aplausos y lágrimas de emoción, contagiando con su espíritu a la multitud, como ocurrió en todos y cada uno de los pueblos y ciudades por los que pasó, incluido Arrecifes.
Selva y Emilse Gorosito, quienes la alojaron en nuestra ciudad, la acompañaron en su arribo a Luján, y mostraron la misma emoción. Emilse habló en vivo por Radio Zero (100.3) desde la Basílica y resumió: “Esto no se puede creer”.
La querida abuela Emma, que regresará a su Italia natal el 26 de marzo y el 22 de abril será recibida por el Papa Francisco, no se cansa de repetir su agradecimiento al pueblo argentino por la calidez que le brindó en todo momento. Una santa.