En la madrugada del domingo, un utilitario Peugeot Partner, ocupado por dos jóvenes, terminó volcado en un dramático incidente sobre la ruta provincial 32, en el tramo que conecta las localidades de Arroyo Dulce y Pergamino.
El desencadenante del siniestro fue un caballo suelto que cruzó la carretera, dejando a los ocupantes del vehículo sin margen de maniobra. El resultado fue un terrible vuelco que por milagro no terminó en una tragedia.
El accidente no solo alertó a los Bomberos Voluntarios de Arroyo Dulce, sino que movilizó a policías, personal médico y a decenas de curiosos que llegaron al lugar. En cuestión de minutos, algunas unidades con rescatistas llegaron para ayudar a los heridos a salir del vehículo.
Aunque el panorama era desolador, los jóvenes lograron sobrevivir, fueron estabilizados en el lugar y trasladados de urgencia al Hospital San José de Pergamino. Afortunadamente, sus lesiones no pusieron en riesgo sus vidas, aunque el susto quedarán por mucho tiempo.
Este incidente, lejos de ser aislado, forma parte de una alarmante tendencia en las rutas argentinas, donde la presencia de animales sueltos, el mal estado de las calzadas y la imprudencia vial parecen ser los protagonistas de un cóctel mortal. Además, muchas veces son sacrificados los pobres animales, que no tienen responsabilidad alguna y sí, sus dueños.
Mientras las autoridades miran hacia otro lado, los conductores siguen siendo víctimas de un sistema que los deja a la deriva, enfrentando peligros que podrían ser evitados.
(Con información de Casos Policiales)