Ya casi todos los concejales. Los radicales, porque el intendente Javier Olaeta acordó algo con ella y logró “darla vuelta”. Los del Frente de Todos, porque tuvieron acceso a un audio en el que la arquitecta confesó “voy a votar a favor; desde enero estoy trabajando para Olaeta”.
Fernando Bouvier y Sebastián Reigosa también se enteraron que, con la conversión de la concejal Gabriela Giraudo, el oficialismo municipal contaba con los votos necesarios para aprobar una nueva licitación irregular, como casi todas, sobre la que Daniel Bolinaga y Jorge Eterovich aseguraron que “se van a robar 30 millones de pesos más”.
No obstante, sorprendió la actitud de Giraudo cuando, en el medio del debate sobre la obra de repavimentación de la Avenida Belgrano, que pasó de un aporte de Provincia de 45 millones a ser contratada por 70 millones, no esperó siquiera que el bloque radical pidiera la aprobación sino que lo hizo ella misma, sentada junto a sus ‘compañeros’ del FdT: “Pido la aprobación”, interrumpió desafiante.
Fue allí cuando la presidenta de su bloque, Tana Di Palma, no aguantó más y fue directa: “Le pido a Gabriela que renuncie a su banca o que ya mismo se pase al bloque de enfrente. No se les puede faltar el respeto de esta manera a quienes nos confiaron con su voto la responsabilidad de controlar al Ejecutivo. La banca que ocupa es del partido, porque ella integró una lista en la que todos nosotros trabajamos y caminamos para que ingrese y le prometimos a los vecinos representar al Frente de Todos”.
Incluso, después, la misma Tana le pidió que argumente su voto a favor de la licitación. Pero antes de que Giraudo pudiera responder o no, salió el presidente del Concejo, Paqui Bóveda, a defenderla: “No le puedo dar la palabra si ella no me la pide”. Los que hasta hace una semana eran ‘enemigos políticos’ hoy se cubrían entre ellos.
Gonzalo Peralta y Roxana Valdatta también fueron muy duros con Gabriela Giraudo, no pudiendo creer lo que estaban viviendo pese a que estaban advertidos.
La arquitecta, inmutable, sostuvo su postura de aportar su voto para que salga esta otra oscura licitación, ahora por nada menos que 70 millones de pesos.
Al final era cierto: Olaeta necesitaba de un voto más sí o sí y ‘convenció’ a la concejal ahora ex crítica de su gestión.