Una preocupante realidad, que no tiene explicación lógica, se vive en Arrecifes a la hora de “salir a hacer los mandados”. E imaginamos también que en el resto de las ciudades de la Argentina.
No sólo los precios de los alimentos aumentan todas las semanas sino que hay grandes diferencias en el valor del mismo producto y marca entre un lugar de ventas y otro. ¿Por qué?
Se entiende, quizás, que los almacenes de barrio o minimercados no puedan acceder a los mismos precios de costo porque no tienen el volumen de compra de las grandes cadenas. Pero entre los grandes supermercados esas diferencias también existen.
Recorriendo algunos supermercados de nuestra ciudad nos encontramos, por citar algunos ejemplos, con precios absolutamente diferentes en el mismo producto; en determinados casos de hasta un 40%. Muchísimo.
Veamos:
Coca-Cola Light $ 136 en un lugar hasta $ 170 en otro supermercado.
Leche Las Tres Niñas, $ 108 en uno y hasta $ 140 en otro.
Queso Cremoso La Paulina $ 689 por kilo en un super y $ 949 en otro.
Yerba Mate Unión $ 493 en el más barato y $ 590 en el más caro.
Fideos Tallarín Matarazzo $ 98 en uno y en otro $ 130.
Jamón Cocido Paladini (200 gramos) desde $ 321 hasta $ 405 según el lugar.
Galletitas Criollitas $ 298 el kilo en el más económico y en otro super $ 423.
Arroz Gallo Doble Carolina desde $ 313 hasta $ 380 de acuerdo al comercio.
Y así podríamos citar muchísimos más ejemplos. El problema es que no hay “un super que sea más barato” en todos los productos; una cosa está a menor precio en uno y otra cosa, en la competencia. Entonces, cuidar la economía en la compra de alimentos se ha convertido en una pesadilla.
(Aclaraciones: No tomamos en cuenta los Precios Cuidados porque son fijos e iguales en los comercios que los ofrecen. En el promedio de productos evaluados, en general el super más barato es La Anónima)