Este sábado, entre las 10 y las 17 en el Complejo Sueños, se desarrolló el evento más importante en favor de personas con capacidades diferentes que se recuerde en Arrecifes.
Miles de personas pasaron por este magnífico lugar que tenemos en nuestra ciudad para compartir una jornada de entretenimientos, música, diversión y, fundamentalmente, emoción, denominada “Arrecifes por la Inclusión”.
El Consejo Municipal del Discapacitado fue el responsable de este gran éxito, con muchísimo trabajo para lograrlo y con la colaboración de toda la comunidad y de gente de otros lugares del país. Nadie dijo “no” a los innumerables pedidos de la incansable Adriana Arroyo, que a poco de asumir la presidencia del CMD se descolgó con semejante evento.
Ver a los chicos con capacidades diferentes disfrutar como disfrutaron, integrados a una sociedad en la que algunas pobres personas lamentablemente todavía los miran de reojo, realmente llenó el alma.
Después de vivir lo que se vivió este sábado, insistimos en la necesidad de replantear el nombre de Consejo Municipal del Discapacitado. Los chicos nos demostraron que están capacitados para cualquier cosa; fundamentalmente, están capacitados para dar y recibir amor, con el alma pura, con una inocencia conmovedora, sin egoísmos y aprovechando al máximo cada una de las oportunidades que se les brindan para disfrutar de la vida con felicidad.
Capacidades, muchas, nos faltan al resto, a los socialmente denominados “normales” (bien entre comillas). Si aprendiéramos de los “discapacitados” y tuviéramos la capacidad de imitarlos en su forma de ser y de actuar, haríamos de nuestra tan egoísta y hoy violenta sociedad, un mundo mucho mejor.
Nuestras sinceras felicitaciones a toda la comisión del CMD, a todos los que colaboraron para que este sueño se haya hecho realidad, a los que luchan por la integración, por la inclusión. Pero merece un párrafo aparte la concejal Adriana Arroyo: sin ella, esto no hubiera sido posible. Los que tuvimos la suerte de poder estar a su lado en la organización de “Arrecifes por la Inclusión” (y no poder seguir su ritmo de trabajo), sabemos lo que empujó, lo que se sacrificó, lo que gestionó; motivada en la lucha que viene desarrollando desde que fue mamá de un hijo con discapacidad, por él y por todos.
Simplemente, gracias, por permitirnos a los “normales” poder vivir una tarde dentro de un mundo mejor, el que proponen y viven diariamente los mal llamados “discapacitados”.