Agustín Canapino debutó este fin de semana en un óvalo en IndyCar, en su segunda carrera en la categoría y en un auto de fórmula. Y le tocó hacerlo nada menos que en el circuito más veloz del mundo, el Texas Motorsport Speedway.
¿Cómo le fue? El animal llegó 12º, repitiendo su sorprendente resultado de la primera fecha y esta vez manejando 250 vueltas (600 kilómetros) a fondo, a más de 350 kilómetros por hora.
La exigencia para el físico y la mente de estos pilotos es extrema, y el arrecifeño no sólo volvió a no fallar sino que además terminó en el ritmo de los punteros, luego de la última bandera amarilla por varios golpes que se registraron contra el paredón que bordea al óvalo.
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El Juncos Hollinger Racing volvió a mostrar un gran nivel, pese a ser uno de los equipos más humildes de la IndyCar, con el compañero de Agustín, Callum Ilott, finalizando noveno.
En el resultado del británico también tuvo mucho que ver Canapino, ya que en el relanzamiento faltando seis vueltas, le “perdonó la vida” y permitió que lo supere. Porque si algo tiene en claro el argentino es que “soy el recontra segundo piloto del equipo, vengo para aprender y para ayudar a Callum”. Y en su segunda carrera, este animal que no deja de sorprender pudo haberle ganado si quería.
En Texas, segunda fecha de la temporada, ganó el sueco Josef Nwegarden, escoltado por el mexicano Pato O’Ward y el español Alex Palou.
La próxima carrera de IndyCar es el 16 de abril en Long Beach.