El delantero, capitán y goleador de Boca Juniors se ha convertido en poco tiempo en la gran figura del fútbol arrecifeño. La jerarquía y experiencia que le ha dado su paso por distintos equipos de otras ligas lo hace un futbolista diferente, determinante. Y La Peña hoy lo disfruta.
Alan Pérez tiene solo 26 años, pese a su dilatada trayectoria. Es oriundo de Pérez Millán aunque se radicó en Ramallo, donde jugó la mayor parte de su carrera. Tuvo una oportunidad para emigrar al fútbol mexicano, pero se frustró por su culpa.
En Radio Uno (107.1), Alan reconoció: “Me vieron de Renato Cesarini y me llevaron a jugar allá. Unos empresarios mexicanos se interesaron en mí e iba a viajar a ese país, pero cometí un error grave y todo se frustró: le pegué a un árbitro y me suspendieron un año. Es una de esas equivocaciones que uno tiene de chico y de las que después se arrepiente toda la vida”.
“Llegué a Arrecifes por un amigo, un compañero que vino antes a Boca. Me puso en contacto con los dirigentes y la verdad es que me tratan tan bien que me quedaría siempre acá. De hecho, me están ayudando a conseguir trabajo para que me quede a vivir en Arrecifes y no tenga que seguir viajando”, cuenta ‘el 9 de Boca’, como se lo conoce en el ambiente futbolístico local, más que por su nombre.
-¿Cómo vivís esta actualidad, con tanto reconocimiento en tan poco tiempo? La prensa, hinchas, jugadores y entrenadores de todos los clubes te destacan…
-Es muy lindo recibir un reconocimiento, fundamentalmente porque no soy de Arrecifes. Pero más contento me pone por mi papá, que vive acá, que se sienta orgulloso de mí. Me sorprendió, por ejemplo, lo que dijo el técnico de Obras, Alfredo Gabilondo, en Radio Uno. Lo escuché y fue muy elogioso hacia mí. Realmente debo agradecerle sus palabras, ya que es un entrenador muy reconocido.
-Desde hace dos meses venís arrastrando una lesión en tu rodilla, ¿cómo estás para las finales?
-La verdad es que no estoy bien. Vengo haciendo un tratamiento intensivo con un kinesiólogo pero en cada partido sufro mucho. Con el correr de los minutos me empieza a doler y me limita, tanto para jugar como en lo psicológico, cuando tengo que ir a trabar una pelota dividida, por ejemplo.
Es la primera lesión que tengo en mi vida y no fue jugando al fútbol: me caí cuando estaba pescando.
-¿Corre riesgo tu presencia en los partidos con Brown?
-En cada partido, Tingui Burgos me dice que si quiero que no juegue, que me cuide para que no se me agrave la lesión. Pero yo quiero jugar igual. Mucho más en estas finales y contra un gigante como es Brown. Aunque sea en una pierna, a la final la juego.
-¿Cómo ves el fútbol de Arrecifes?
-Cada Liga es diferente y tiene sus propias características. Está a la vista lo pareja y difícil que es la de Arrecifes. Faltando dos fechas para terminar la Fase Regular nosotros estábamos punteros y terminamos clasificando de casualidad, cuando en la última perdimos contra Obras y nos ayudó que Palermo no le ganó a Villa. Y ahora estamos en la final.
En San Nicolás, por ejemplo, se permite jugar más porque los árbitros son muy celosos. En San Pedro, todo lo contrario: es muy dura, se pega mucho. Arrecifes vendría estar en el medio, y tiene un buen nivel.
-¿Cuál fue el defensor que mejor te marcó?
-Fabricio Bustamante, en los dos partidos contra Obras. En el primero, cuando perdimos, casi no me la dejó tocar. En la final de los playoffs gané y perdí contra él; me fue mejor, pero es un marcador muy duro. Lo importante es que siempre peleamos con lealtad, sin mala leche.
-Sorprendiste cuando picaste el último penal en la definición contra Obras. ¿Estás loco?
-Un poco sí, jaja, pero sabía lo que hacía. Estaba muy seguro. Lo había estudiado a Pato Luján, como sabía que él también me había estudiado a mí, y sabía que se iba a jugar a un palo. Por eso lo esperé. Ya tenía pensado hacerlo en los penales contra Villa, pero se definió antes y no llegué a patear.
-¿Están confiados para la final?
-Confiamos en nuestras posibilidades pero sabemos que enfrentamos al equipo más importante de Arrecifes. Tiene un gran plantel y a un técnico de enorme jerarquía como Andrizzi. Pero dame a los 16 guerreros que tengo al lado mío todos los partidos y estoy tranquilo.