Una gran verdad dijo anoche el concejal Gustavo Picoy: “La gente habla mal de los políticos muchas veces con razón y otras, por desconocimiento”.
Es tan así como hay dirigentes políticos que no merecen ni honran los cargos que ocupan porque no son útiles, por falta de dedicación o de capacidad. Y hay otros que, por el contrario, viven literalmente para sus funciones pero muchas veces la opinión pública desconoce todo lo que hacen.
Pero también hay un camino que transita por el medio de estos dos extremos y que los junta a todos: los buenos y los malos dirigentes.
Y ese camino es la incoherencia y la hipocresía, que se puso claramente en evidencia en la sesión del Concejo Deliberante de este miércoles cuando se trató el proyecto de Decreto presentado por el bloque Juntos por el Cambio sobre la creación de una Comisión para el estudio de una transformación Digital del HCD de Arrecifes.
Dicho proyecto fue elaborado por Gustavo Picoy y presentado, argumentado y defendido en la sesión del 24 de junio. El mismo fue enviado a comisión y volvió al recinto para su resolución anoche. Lo insólito es que, ahora, el propio Picoy pidió que se pase al archivo, o sea que desaparezca.
¿Cómo se entiende que el mismo concejal que arma, presenta y defiende un proyecto, en 30 días pide que no se apruebe y se mande al archivo?
LA EXPLICACIÓN DE ETEROVICH
El insólito desarrollo de este tema continuó con Jorge Eterovich, que no presentó ni firmó el proyecto, pidiendo su aprobación. El concejal del Frente de Todos argumentó sobradamente su necesidad y su utilidad, ya que nuestro Concejo Deiberante funciona con un sistema arcaico, donde no se puede acceder públicamente a las ordenanzas, no hay información válida en su página Web y ni siquiera cuenta con lo mínimo que cualquier vecino tiene en su casa: una conexión wi-fi digna para que, por ejemplo, la prensa pueda transmitir las sesiones en vivo.
“¿Qué pasó? ¿Picoy se volvió loco? ¿Picoy perdió la coherencia?”, se preguntó irónicamente Eterovich. “No, lo que pasó es que cuando el proyecto pasó a comisión sus mismos compañeros de bloque no querían saber nada con que se implemente. Tal es así que Picoy se fue enojado y diciendo un montón de barbaridades que no quiero repetir. Y el que menos quería saber nada era el presidente del Concejo (Paqui Bóveda), quien acaba de hacer una actuación para la tribuna diciendo que apoya mi postura y que él lo va a aprobar. No le creo porque miente, como están acostumbrados a hacer los concejales oficialistas haciendo una cosa en privado y diciendo otra en público intentando quedar bien con los vecinos. Lo que están haciendo es una puesta en escena, y conmigo la mentira no va”.
EL PAPELÓN FINAL
Terminado el debate sobre el proyecto, cuando se pasó a votación y con el oficialismo sabiendo que ganaría pese al voto en contrario de Bóveda, se sumó otro hecho vergonzoso. El secretario del Concejo, Fabián Reyna, pidió que primero “levanten la mano los que están a favor del despacho de mayoría”. Y ahí la mayoría no sabía qué hacer porque muchos de los mismos concejales no sabían lo que eso significaba: dudaron, se miraron entre ellos, algunos levantaron la mano y después la bajaron, otros se quedaron congelados… Tuvo que volver a tomar la palabra Reyna para explicarles a los concejales, cual maestro de escuela, que “el despacho en mayoría significa enviarlo al archivo”. Ni eso sabían algunos.
En el final de esta nota volvemos a los conceptos iniciales de Picoy: si la gente opina mal de los dirigentes políticos es pura y exclusivamente responsabilidad de ellos. No pueden no saber lo que están haciendo, no pueden mentir y ponerse en evidencia y no pueden ayer decir una cosa y hoy, con la misma vehemencia, lo contrario.