Villa Sanguinetti se consagró campeón del Apertura “David Galván” de primera división de la Liga de Fútbol de Arrecifes venciendo por penales a Sportsman en un partido para el infarto.
En la primera final, en Carmen de Areco, habían empatado 1 a 1 con Villa ganándolo hasta cinco minutos antes del final pero con el Lobo dominando las acciones.
Y este viernes, en el Estadio Municipal “Pablo Zabaleta” de Arrecifes, la segunda final fue más incierta aún y más vibrante, con todos los condimentos que debe tener una definición.
Los villenses arrancaron ganando rápidamente, con dos apariciones de Tomás Leiba por derecha, a los 15′ y a los 17′. Pero Sportsman se arrimó cuando Teves puso el 1-2 a los 25′. Los de Diego Romero reaccionaron y a los 39′ Carlos González aumentó la cuenta de penal. Villa se fue al descanso ganando 3-1 y la diferencia pudo ser mayor si Germán Pardo resolvía bien una contra que lo dejaba solo frente al arquero.
Pero por supuesto nada estaba dicho, menos contra un gran equipo como Sportsman. El visitante pasó a controlar las acciones en el complemento, siempre con buen juego, con la pelota contra el piso y complicando con centros al área en la última puntada, y arrinconó al conjunto arrecifeño, al que cada vez le costaba más salir. Un gol del visitante volvía a ponerlo en carrera, y así fue: a los 27′ Tabarez puso las cosas 3-2 y siguió atacando en busca del empate que le permitiera llegar a la definición por penales.
Los últimos minutos ratificaron el calificativo de partidazo. Sportsman volvió a convertir enseguida pero el línea Colombo levantó la bandera por posición fuera de juego. De contra, el enorme Pirulo Busto se la jugó solo contra un defensor y el arquero y fabricó un penal que podía darle el 4-2 que sentenciaba el pleito cuando restaban cinco minutos. Pero Leiba, el héroe de los dos goles, no pudo desde los 12 pasos contra el arquero. Iba a ser 4-2 pero fue 3-3, porque el Lobo siguió yendo al frente y lo empató sobre el final. A los penales…
El goleador de la noche Leiba, fue el primero en patear, pese a que minutos le habían atajado uno. Y erró también su segundo penal. Increíble. El pobre pibe no tenía consuelo. Pero Martín Díaz le sacó el traje de héroe y se lo puso él, deteniendo tres penales consecutivos y dándole el título a Villa Sanguinetti.
¿Merecimientos? En una final no existen. Las finales se juegan como las jugaron Villa y Sportsman, con distintas características pero dejando todo hasta el último aliento. Lo de Villa es grandioso; lo de Sportsman, para el aplauso final con el que lo despidió un Estadio Municipal desbordado de público. Villa es nuevamente campeón y es lo único que importa.