Un grupo de cinco motociclistas de Buenos Aires que el último fin de semana iba a almorzar a San Antonio de Areco, fue víctima de un violento asalto en la autopista 8 a la altura de la localidad de Solís.
El peligroso suceso, cargado de tensión, ocurrió el domingo a las 11:00, en pleno día, cuando dos delincuentes a bordo de una Ducati Multistrada roja, cubiertos con cascos, interceptaron a los turistas a punta de pistola. Luego de amenazas, forcejeos y golpes, lograron robarles una moto de alta gama.
Apuntándolo con un arma, los malvivientes detuvieron a un motociclista que manejaba una Ninja 650 y le arrebataron el vehículo. Su compañera, que también circulaba con el grupo, al advertir la situación giró en contramano por la banquina intentando socorrerlo, mientras autos y camiones circulaban por la autopista.
“Me dirigí directo a chocarlos. Pero cuando vi que estaban armados, los esquivé. Subí a mi amigo y salimos como pudimos”, relató en redes sociales Florencia, una de las víctimas, aún conmovida.
La pesadilla para los turistas no terminó ahí. Al no lograr encender la moto robada (tenía alarma presencial, que cuando el conductor se aleja no arranca), los delincuentes regresaron. Esta vez, apuntaron directamente a la mujer, de nombre Florencia, que había intentado auxiliar a su compañero. Ella intentó escapar a toda velocidad, pero fue alcanzada. La obligaron a detenerse, le robaron su KTM Duke 390 (nueva, comprada en agosto de 2024, con 4.500 kilómetros) y, en un forcejeo, intentaron quitarle el casco. Ella se resistió y recibió varios golpes con la culata del arma.
Desesperada, tras el segundo robo y luego de varios minutos de tensión, comenzó a pedir ayuda a los automovilistas que pasaban. “Tengo que agradecer que no nos mataron; que no nos hayan pegado un tiro es un milagro. Lamentablemente no voy a salir nunca más a pasear en moto, no se puede. La moto que nos robó hace dos años que viene haciendo lo mismo; nos enteramos por redes sociales”, declaró al otro día Florencia en los medios.









