Todo el mundo sabe que Claudio “Chiqui” Tapia llegó a la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino con prácticas oscuras, coronadas por el papelón de una votación que resultó 38 a 38 cuando había 75 votantes.
Desde allí, el polémico titular de AFA se encargó de manipular resultados, con la complicidad del director nacional de arbitraje de la Liga Profesional del Fútbol Argentino, Federico Beligoy. No hay ninguna prueba de esto, pero tampoco ninguna duda.
Así, mágicamente, su club, Barracas Central, que estaba último en la Primera C, ascendió rápidamente a la Primera B, luego al Nacional B y finalmente, a Primera División. Un club chico, sin historia y casi sin hinchas, pero que tiene un estadio llamado “Claudio Chiqui Tapia”…
No le alcanzó con eso al presidente de AFA, que también vio cómo el equipo de su íntimo Víctor Stinfale (dueño de la marca de energizantes Speed), Deportivo Riesta, también escaló categorías milagrosamente hasta llegar a Primera División. Sin mérito deportivo ni institucional alguno, el diminuto Riestra, que tiene cancha pero no estadio para jugar en la máxima categoría, hoy disfruta de los beneficios de un fútbol argentino corrupto, rozando lo delincuencial.
Lo que pasó con Deportivo Riestra hoy, en el duelo por Copa Argentina ante Comunicaciones, es una enorme mancha más al deporte principal del país Campeón del Mundo. Vergüenza es poco decir. Iban 97 minutos y el árbitro Jaquín Gil inventó un penal increíble a favor del equipo del poder. Estaban 0 a 0. Y lo peor de todo lo malo es que el jugador se tiró sin que haya ningún contacto porque sabía que esto iba a ocurrir; o sea, algo totalmente premeditado.
Por supuesto, Riestra ganó 1 a 0 y eliminó a Comunicaciones. Mirá las imágenes y opiná.
El penal que le acaban de dar a Riestra en el minuto 97 es escandaloso. Juegan con el laburo de la gente.
Comunicaciones se tiene que ir de la cancha, aunque lo castiguen. Quedará como héroe de los buenos.— Guido Glait (@gglait) February 7, 2024