En los últimos tiempos la Municipalidad de Arrecifes parece haber diversificado sus energías, en una política algo difícil de entender. Claro que no hace ni un mes que la mitad de los arrecifeños le dio su apoyo en las urnas y el voto popular es indiscutible, por eso debe estar bien lo que hacen.
En las calles se ve trabajando mucho a esta gestión, pero no se sabe qué ni cómo ni por qué lo hacen. Pasan desde informar que “hay calles nuevas en Arrecifes” (¿?) y que reanudan una obra de cordón cuneta que no se conoce si la habían parado ni qué abarca, a organizar charlas de particulares que después les cobran a los vecinos.
Dicen que “reanudaron los controles vehiculares” pero no informan más nada, como por ejemplo si siguen exigiendo el uso del casco o por qué de golpe comenzaron a permitir violaciones de todas las normas de tránsito.
La construcción del nuevo pabellón de internación del Hospital Municipal es publicitado cuando lo revocan, cuando lo pintan, cuando le ponen baldosas, cuando le colocan las puertas… Pero no se sabe cuántas habitaciones contiene, cuándo va a estar terminado, cuánto cuesta, nada de lo que es importante.
En cambio, le dan una importancia enorme a sorteos de entradas para Jairo y Baglietto, que organizan como si fueran un bar o un boliche, pero no nos cuentan si pusieron en vigencia la ley de fitosanitarios, la de aplicación responsable de agroquímicos.
Lo que sí nos hacen conocer es que el Payaso Cachibache está presente en casi todos los eventos que programan o que los abuelos del Hogar de Ancianos juegan al truco. Estadísticas de los crecientes accidentes de tránsito y si hay políticas para prevenirlos, por ejemplo, te lo debo…
Las noticias pasan por si pintan una hamaca o arreglan el caño de un baño del Balneario.
Y así podríamos seguir. Aunque claro, reiteramos, acaban de tener un contudente triunfo en las urnas y todo lo que hacen seguramente está bien. Quizás cambien cuando la gente les quite algo de tanta confianza.