La noticia del inesperado fallecimiento del Dr. Julio Poggio, ocurrido en la noche de este lunes y que conmocionó a Arrecifes en las primeras horas de hoy, desató innumerables muestras de tristeza y dolor a medida que fue tomando trascendencia.
En los cientos y cientos de comentarios en las redes sociales, y también en mensajes y llamados en vivo en Radio Zero (100.3), se comprobó lo que casi todos sabíamos pero aún algunos se negaban a reconocer: la gran cantidad de vidas que salvó Julio Poggio, literalmente.
La frase: “A mí me salvó la vida” o “A mi hijo, a mi hija, a mi madre, a mi esposa…” se viralizó y se repitió durante toda la mañana, lo que ratificó su enorme capacidad profesional. Sin dudas fue uno de los mejores (o el mejor) cirujano que haya dado Arrecifes en su historia. “Una eminencia”, lo definió una enfermera que trabajó 20 años con el fallecido médico en el Hospital Municipal; “un médico que daba todo, que dejaba todo por su profesión y sus pacientes”, coincidieron muchísimos.
El cortejo fúnebre que lo trasladó al Cementerio municipal, previo paso por el Hospital, donde fue aplaudido (y paradójicamente de donde había sido suspendido…), se extendió por más de diez cuadras de autos. Una multitud despidió al Dr. Poggio e hizo justicia con su memoria. Fue un grande. Y lamentablemente se fue demasiado pronto.