Corría el segundo tiempo de la reanudación del partido entre Villa Sanguinetti y Racing de Pergamino, este lunes en el Estadio Municipal por el Torneo Regional Federal. El local no lograba sostener la diferencia de 1-0 con la que se había suspendido el domingo, por el reciente empate del equipo pergaminense e iba en busca de ponerse otra vez adelante en el marcador.
El árbitro sancionó un tiro libre a favor de Villa en la puerta del área, sobre el sector derecho del ataque. Pese a que era ideal para un zurdo, la hinchada villense se ilusionó con la reconocida pegada de Franco Perichón, quien por la misma vía venía de anotarle un golazo a Compañía de Salto. Era una gran oportunidad.
Sin embargo, fue Juani Álvarez quien tomó la pelota para ejecutarlo, al tiempo que se persignaba yendo para el punto del remate. Perichón se acercó y le dijo “lo pateo yo”. Álvarez se negó y se quedó con el tiro libre, bien ejecutado pero que no llevó riesgo al arco racinguista.
El enojo del defensor/volante por la situación pudo entenderse como lógico, pero resultó desmesurado. Literalmente se fue del partido mientras se seguía jugando y el entrenador, Martín Díaz, intervino para intentar calmarlo. Primero hablándole, línea lateral de por medio, y enseguida hasta arrojándole agua para que reaccione y se tranquilice.
No hubo caso. La calentura de Franco subía, hasta que se dejó caer en el campo de juego y se sacó las canilleras. Algún compañero se acercó a instarlo a que vuelva a ponerse las canilleras y a materse en el partido. También fue en vano.
Ahí volvió a intervenir Martín Díaz, obligado a ejecutar su rol de líder: metió dos cambios y sacó a Perichón y también a Álvarez. Y los separó cuando se dirigían hacia el banco de suplentes, enérgicamente en el caso de Perichón. Juani se quedó tranquilo; Franco, no. Varios minutos más le llevó al cuerpo técnico contener la reacción de Perichón, lo que afectó la concentración en el partido tanto del entrenador como de varios jugadores.
Seguramente, pasadas las horas y la calentura, Perichón se arrepentirá de su desmedida reacción y pedirá disculpas. Ojalá, porque es un jugador muy valioso para Villa.