Se sabe que en Arrecifes prácticamente todos los clubes tienen dificultades económicas para subsistir. Y en estos últimos meses de apertura de las distintas actividades varios de ellos han recurrido a la organización de fiestas, encuentros deportivos amateurs u otros eventos para tratar de reunir algo de dinero. Pero algunos fueron autorizados y otros no.
No existe en nuestra ciudad una legislación clara que indique qué requisitos deben cumplir los clubes (fundamentalmente sus instalaciones) para la realización de eventos. En consecuencia ninguno de ellos está habilitado para tal fin y las autorizaciones son discrecionales, “a dedo”.
Un último ejemplo fue el caso del Club Náutico, que abrió el Parador La Barra y funcionó durante algunos fines de semana con el visto bueno de la Municipalidad (incluso con alguna colaboración), la misma que luego de las elecciones de noviembre lo clausuró “por no contar con la correspondiente habilitación”. Y no sólo clausuró el parador sino gran parte de las instalaciones del club.
Según el jefe de Bomberos de Policía de San Pedro, comisario Leonardo Seta, el lugar no contaba con las medidas de seguridad requeridas. Entonces, ¿por qué fue habilitado? En tanto, el secretario de Seguridad municipal de Arrecifes, Emilio Pattini, no respondió a las consultas de este diario al respecto.
Otros clubes han solicitado autorización para cenas y/o bailes en las mismas condiciones y fueron autorizados; pero a otros tantos se les dijo que no. ¿Basados en qué? No se sabe.
EL CONCEJO QUIERE REGULARIZAR, PERO…
El último 22 de diciembre el Concejo Deliberante aprobó por UNANIMIDAD un proyecto elaborado por Sebastián Reigosa y presentado en conjunto por todos los concejales para regularizar esta situación. La intención es permitirle a los distintos clubes que se pongan en condiciones para realizar eventos sociales y que el Estado municipal los ayude a hacerlo. La intención es otorgarles un permiso provisorio hasta tanto puedan cumplir con lo requerido y se les permita generar ingresos.
A esta ordenanza la Municipalidad de Arrecifes debe reglamentarla para que empiece a regir, pero trascendió que algunos funcionarios municipales no están de acuerdo y la ordenanza recibiría el veto del Intendente.
Al vetarla, la ordenanza vuelve al Concejo Deliberante, que tiene la posibilidad de rechazar el veto y ratificarla, lo que significaría que la Municipalidad la debe cumplir.
La gran pregunta es: ¿los concejales del oficialismo apoyarán el veto del Intendente, desdiciéndose de lo que aprobaron por unanimidad hace pocos días? ¿O serán serios y coherentes con lo actuado por ellos mismos?