Preocupado por el aumento de la conflictividad social, el Gobierno nacional decidió reemplazar la custodia de las fronteras y las rutas, hasta ahora a cargo de Gendarmería, por fuerzas militares, del Ejército y de la Armada.
De esta forma, liberará de esa función a gendarmes para trasladarlos a reforzar la seguridad interna de las ciudades, comenzando por los distintos cordones del Conurbano bonaerense y los grandes centros urbanos del país.
La medida empezará a implementarse en el entrante mes de agosto, en virtud de esperarse mayor cantidad de protestas, piquetes y movilizaciones sociales generados en la sucesión de despidos y la difícil situación económica que atraviesan los sectores más vulnerables. Además, se teme por la posibilidad de saqueos en los citados centros urbanos. No obstante, el Gobierno apuntará a calificar estos supuestos conflictos como “intentos de desestabilización política”.