La Municipalidad de Arrecifes, a través de la Dirección de Bromatologia y Zoonosis, informó que este sábado realizaba una fumigación aérea contra el dengue; con pulverización para el saneamiento y control de plagas en la costa del río, zona periférica de la ciudad, Todd y Viña.
El Ministerio de Salud de la Nación asegura que, si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la pulverización aérea para casos donde el acceso terrestre es sumamente dificultoso y cuando existen áreas extensas a tratar rápidamente, esta práctica no se recomienda en la Argentina.
Se basa en un informe técnico elaborado por la Red Argentina de Vigilancia de la Resistencia a los Plaguicidas de Uso en Salud Pública, donde destaca que la fumigación aérea para el control del mosquito Aedes Aegypti requiere de equipamiento técnico específico para tal fin, con el que no se cuenta en la actualidad en nuestro país.
“Argentina no dispone de aviones pulverizadores ni pilotos certificados para salud pública con los requerimientos técnicos exigidos por OMS para garantizar la efectividad de los rociados en el control de Aedes aegypti.
Las pulverizaciones aéreas podrían provocar grandes problemas ambientales. Las aplicaciones realizadas sin los procedimientos técnicos exigidos ponen en mayor riesgo la salud pública y el ambiente. Pueden causar un impacto negativo en la biodiversidad y en particular un efecto perjudicial en polinizadores y otras especies de insectos benéficos.
A diferencia de la pulverización con vehículo, la eficacia de la pulverización aérea nunca fue evaluada en Argentina. Estudios realizados en el mundo, muestran que el método aéreo es menos eficaz que la pulverización con vehículo (ULV). El adulto de Aedes Aegypti, a diferencia de otros mosquitos, vive dentro de los domicilios y debajo de las plantas de los patios y jardines, por lo que un rociado aéreo tendrá una baja penetración de gotas de insecticidas en dichos ambientes y no podrá controlar sus poblaciones“.
A FAVOR DE LA FUMIGACIÓN AÉREA
El CDC de los Estados Unidos (Center for Diseanse Control and Prevention), “Centro de control y prevención de enfermedades” en español, por el contrario, sostiene:
“Los insecticidas que se usan para la fumigación aérea fueron analizados en ese país para evaluar su efectividad y seguridad si se los usa de acuerdo a las instrucciones de la etiqueta. La pequeña cantidad que se rocía no supone un riesgo para las personas ni las mascotas del área.
La fumigación aérea es el método de preferencia para aplicar insecticida cuando hay gente que se está enfermando con los virus transmitidos por mosquitos, como el del zika, el del dengue, el chikunguña o el del Nilo Occidental. Se ha utilizado con éxito en los Estados Unidos durante décadas. Durante la fumigación aérea, se rocía una pequeña cantidad, de alrededor de 1 onza (el equivalente a dos cucharadas) de insecticida sobre un área de un acre (4.046 metros cuadrados), que equivale al tamaño de algunos campos de fútbol. Cada distrito de control de mosquitos o el gobierno local decide qué insecticida emplear para fumigar un área. El insecticida
debe estar registrado en la EPA y lo debe aplicar un profesional con licencia siguiendo las instrucciones de la etiqueta.
Los distritos de control de mosquitos o gobiernos locales anunciarán las fechas, horas y lugares donde habrá fumigación aérea, antes de que ocurra. La fumigación aérea se lleva a cabo cuando los mosquitos están activos, en algún momento entre las primeras horas de la noche, cerca del atardecer, y temprano en la mañana, próximo al amanecer.
La fumigación aérea no causa daño a largo plazo al medioambiente ni a los ecosistemas locales, aun si se hace en forma repetida”.