Salvo el primer hisopado realizado en Arrecifes en el inicio de la pandemia de coronavius, el 25 de marzo, cuando la Municipalidad reconoció el error de haber informado el nombre de la persona, siempre se reservaron las identidades de los casos sospechosos.
Ocurre que en ciudades pequeñas como la nuestra se suele estigmatizar y hasta acusar (no todos, claramente) a quien puede ser pasible de un contagio. Aunque resultara positivo el análisis, estas actitudes son criticables, con el agravante de que sólo tres de las decenas de análisis realizados fueron confirmados con Covid-19.
Pero este viernes se filtró una lista con nombres de 19 personas que teóricamente participaron del asado al que concurrió un joven que hoy está siendo “caso sospechoso”, hasta que se conozca el resultado de su testeo (teóricamente esta noche).
Ese papel escrito a mano es el que usaron las autoridades de salud para tratar de ubicar y aislar a quienes compartieron esa comida. Y se viralizó primero por Whatsapp, llegando incluso a ser publicado en redes sociales.
Lo mismo ocurrió con una supuesta foto.
Quienes figuran en ese listado con nombres y apellidos se molestaron mucho, también sus familias. Incluso la mayoría apareció con su número de teléfono, lo que provocó que algunos comenzaran a recibir mensajes y llamados agraviantes.
¿Cómo se filtró esa lista? No se sabe y seguramente jamás se sabrá. Lo cierto es que quedaron expuestos. La irresponsabilidad de haberse juntado a comer un asado tampoco justifica esta especie de “escrache”. Ya que si fuera por eso, los nombres de medio Arrecifes deberían ser exhibidos.