Se la dejaron picando delante del arco y el Cervecero la empujó. Se clasificó para los octavos de final de la Copa Federación Norte de Fútbol Bonaerense sin jugar, porque O’Higgins no contó con el médico en la cancha que exige el reglamento. En octavos juega con Comunicaciones de Mercedes.
Deportivo Palermo salió al campo de juego del Complejo de la Escuela Nº 5 de O’Higgins exactamente a las 18:00, hora prevista para el inicio del encuentro. Dos minutos antes lo había hecho el local, el Club Atlético O’Higgins. Los movimientos precompetitivos se extendían y el partido no daba inicio. ¿Qué pasaba? Los árbitros (de Rojas) reclamaban la presencia de un médico en la cancha, como lo establece el reglamento. Y no estaba.
Lo de la dirigencia local fue insólito, porque no tenían claro qué pasaba con el médico ni cuál era el que tenía que ir. Alguien se dirigió a la salita de O’Higgins (un pueblito de la localidad de Chacabuco), donde estaba el único médico de la localidad, quien manifestó que no podía ir a la cancha porque debía cumplir guardia allí.
Los minutos pasaban y ya se había cumplido la tolerancia que podían tener los árbitros antes de suspenderlo. Un periodista local le acercó un teléfono al referee, poniéndolo en contacto con una médica de Chacabuco. Hablaron por celular y el árbitro les manifestó a los capitanes y a los técnicos que esa doctora podía ir, “pero recién dentro de 25 minutos”. Ya había pasado media hora de la establecida para el inicio del partido y tenían que esperar media hora más.
Domingo Alfaro le preguntó al árbitro cuáles eran los pasos reglamentarios a seguir: “El tiempo de tolerancia ya venció, yo tengo que suspender el partido porque el equipo local no cuenta con un médico. Salvo que ustedes decidan seguir esperando”. Mingo dijo: “No, ya está, ya esperamos demasiado. Hay jugadores nuestros que tienen que entrar a trabajar a las 22:00 y no llegan. No es nuestra culpa”.
Lejos de intentar convencerlo por las buenas, al arquero de O’Higgins se le escapó una palabra de más hacia el DT cervecero y el clima comenzó a calentarse. Idas y vueltas, discusiones sin tener nada claro. La médica no llegaba y los futbolistas locales empezaron a tratar de “cagones” a los arrecifeños. Sin jugar, O’Higgins perdía los puntos y quedaba afuera (estaba obligado a ganar el partido). A esta altura, además, si se jugaba y Palermo iba ganando, el partido pintaba para ser muy violento.
A las 19:00, ya con todos los plazos recontra vencidos, se firmó la planilla decretando la suspensión y los verdes abandonaron la cancha. Hubo insultos de algunos futbolistas locales muy exaltados e intentos de agresión que fueron rápidamente controlados por la policía (actuó muy bien).
Palermo se clasificó sin jugar, como segundo en la Zona 3 detrás de River Plate de Chacabuco. O’Higgins quedó afuera. Pero no por culpa de los arrecifeños, como reclamaron los locales. Fue culpa exclusiva de ellos, que mostraron una enorme imprevisión y falta de seriedad para este tipo de torneos. Una semana antes, contra Villa Sanguinetti, ya habían empezado una hora y media más tarde porque no llegaron los árbitros designados.
Algunos futbolistas y directivos de O’Higgins se quedaron llorando; otros, amenazando a los arrecifeños: “Ya los vamos a cruzar”. Mientras tanto, los futbolistas y la muy buena cantidad de hinchas que llevó el Verde se subían a sus autos para emprender el regreso a nuestra ciudad.
En la semana, la Federación Norte de Fútbol de la Provincia de Buenos Aires oficializará la victoria de Palermo y el pase a los octavos de final, donde deberá medirse con Comunicaciones de Mercedes.
GANÓ OBRAS Y BOCA RECIBIÓ UNA PALIZA
Obras Sanitarias se despidió de la Copa Federación ganándole en Arrecifes a 12 de Octubre de San Nicolás por 1 a 0, con gol de Julián Noir. Ya no tenía chances de clasificar en el Grupo 2.
Por el Torneo Federal C, la Peña Boca Juniors de Arrecifes, también en el Estadio Municipal de nuestra ciudad, fue aplastado por Atlético Baradero por 8 a 1.