Una mujer mayor de edad fue víctima de un engaño y le entregó dinero a un delincuente que se presentó en su casa luego del llamado de un supuesto nieto de la señora.
Esta modalidad de robo fue sufrida el miércoles por Alicia Azarola de Autuori, casi idéntico al que hace un par de semanas sufrió Lilian Biados de Cadel, una persona también mayor y en el mismo barrio.
La señora de Autuori recibió un llamado telefónico diciendo que le hablaba su nieto Agustín, quien le informó que “los billetes iban a cambiar de color y que debía cambiarlos en el banco, por lo que le iba a mandar a un contador amigo de Pergamino para que realice ese trámite; que le entregue el dinero que tenía a él”.
Mientras estaba hablando y sin dejarla pensar, sonó el timbre de su casa (en la esquina de Italia e Irlanda) y la mujer fue a atender, diciéndole a su “nieto” que la espere, que no corte. Era el supuesto contador, quien le manifestó que venía a cumplir con el encargue de su nieto. “Justo estaba hablando por teléfono con él”, le dijo Alicia y lo hizo pasar.
El chorro le pidió “déjeme hablar con Agustín” y tomó el teléfono; pero le dijo a la señora “ya cortó”.
La mujer le entregó el dinero que tenía, y no conforme con eso -debido a la inocencia de la víctima-, el ladrón fue más allá y reforzó el engaño: “Le vamos a abrir una caja de seguridad para que guarde las joyas; por qué no me da las que tiene”. Y la señora le entregó también algunas pulseras y demás.
El tipo se había cebado y le solicitó “me dijo Agustín que me dé los dólares también”. Ahí recién la jubilada comenzó a desconfiar “No tengo dólares, y mi nieto lo sabe”. Y agregó: “Bueno, váyase porque me estoy poniendo nerviosa”. El tipo se fue.
La descripción del sujeto coincide con el hecho anterior (http://arrecifesnoticias.com/2013/04/hurto-y-engano/): un hombre alto, rubio, de ojos claros y muy bien vestido. Y la modalidad del delito es casi idéntica, también el perfil de la víctima.
Es imperioso que la gente tome todos los recaudos necesarios y no abrirle la puerta a ningún desconocido, bajo ninguna circunstancia que no pueda chequearse previamente.