Desde nuestro humilde trabajo de periodistas, entendemos que temas serios como la transparencia en la administración pública hay que tratarlos con suma responsabilidad. Por ello no nos hacemos eco de las múltiples versiones sobre irregularidades en el manejo de fondos municipales, que pueden ser simples desprolijidades.
Denuncias recibimos, documentación también, presentadas por gente en persona, no anónimamente. Pero no somos jueces ni fiscales, no somos policías ni investigadores, no somos políticos ni funcionarios. Apenas somos periodistas. Y si los supuestos afectados por estas situaciones no dan la cara (por el motivo que sea), tampoco vamos a cumplir el rol de irresponsables “justicieros”.
Ocurre que las denuncias sobre pedido de coimas en una licitación de compra de agroquímicos fue expuesta por concejales y por la propia empresa. Y terminó en la Justicia con el fiscal concluyendo que la maniobra existió pero no merecía pena porque el funcionario acusado “desistió de su conducta”. Los vecinos no recibimos explicación alguna de la gestión municipal.
La denuncia sobre irregularidades en la adjudicación del asfaltado de ocho cuadras en Villa Sanguinetti a una firma de Pergamino, manejada por arrecifeños, salió también del propio Concejo Deliberante en sesión pública.
Ninguna de estas dos licitaciones (caídas por esos temas) volvió a ser convocada. El dinero teóricamente está. Pero tampoco nadie explicó nada.
El asesinato de un perro ocurrió, efectivamente, y funcionarios municipales aceptaron su responsabilidad. ¿Qué pasó a partir de allí? Tampoco se dijo nada.
Las denuncias sobre falta de atención o mala atención en el Hospital Municipal, especialmente a jubilados, también son reales. De hecho, hay médicos que blanquearon esta situación diciendo públicamente que no atienden a afiliados a PAMI si no pagan en forma particular. Y algunos de estos casos terminaron en desenlaces fatales. ¿Explicaciones? Ninguna. Y así podríamos seguir.
LA ÚLTIMA, Y MÁS GRAVE
Este miércoles por la noche fue publicada en las redes sociales una nueva denuncia, con nombre y apellido, y más grave aún porque la hizo un propio integrante de la gestión de gobierno municipal. Ya no puede aducirse que se trata de “una maniobra política de la oposición”.
Cristian Losada publicó en su Facebook aproximadamente a las 20:00 de ese día: “Hoy dejo de ser parte de ésta GESTION MUNICIPAL por la gran corrupción en el manejo de los fondos. Tengo familia e hijos y no puedo seguir, ya que con lo que tengo que callar no podría seguir mirándolos a la cara”.
¿Qué función cumplía Losada en la gestión municipal? Nunca se supo. ¿A qué se refiere con “la gran corrupción en el manejo de los fondos”? Hasta ahora nadie se dio por enterado.
Sabemos que la política de la actual gestión municipal, ante estos hechos, es “no digamos nada, no contestemos, que la gente después se olvida”. En eso tienen razón, porque una cosa tapa a la otra, se va dejando de hablar de los temas y, efectivamente, la gente se olvida.
De lo que no nos olvidamos es que los funcionarios públicos son empleados del pueblo. Nosotros votamos a Intendente, concejales y consejeros escolares para que nos representen (no al resto de los funcionarios). Y les pagamos el sueldo a todos con nuestros impuestos. Entonces, merecemos una respuesta. Ellos están obligados a dárnosla. Por favor, necesitamos que nos digan que todo esto no es cierto. No pueden seguir haciéndose los distraídos.