En comunicación con Radio Uno (107.1), Beatriz Pérez, vecina de Arrecifes, relató el difícil momento que le está tocando atravesar desde hace una semana, cuando circulaba en su moto y fue embestida por un móvil de la Policía de nuestra ciudad en un accidente de tránsito.
“Hoy hace justo una semana del choque. Fue el martes pasado a las 14:00, apenas salía de mi casa en moto. Vivo en Lavalle y salí hacia calle Tucumán, por donde venía el patrullero, que dobló abierto por Lavalle y me atropelló. Yo iba a dos por hora, ya que recién salía de mi casa y en la esquina siempre hay unos nenes jugando”, arrancó contando Beatriz.
Hasta ahí es uno de los tantos accidentes que se repiten a diario en Arrecifes, con la particularidad que en esta ocasión tuvo como protagonista a un móvil de policía. Pero la situación que le tocó padecer luego a la señora es lo que le está provocando un gran sufrimiento.
Al borde de las lágrimas, Beatriz continuó relatando por la 107.1: “Después de media hora me llevaron al Hospital, me sacaron una radiografía y me dieron el alta, diciéndome que sólo tenía golpes. Yo me moría del dolor, por eso mi hijo, que trabaja en lo de Tana Di Palma, la llamó y ella pidió que me internaran para ver bien lo que tenía. Me dejaron internada en los boxes hasta que apareció el traumatólogo y me dijo que estaba fracturada. Yo me asombré por lo que me decía y me puse mal. Él se fue, volvió y luego me pidió disculpas porque dice que la enfermera se había equivocado, que no estaba quebrada. Yo no entendía nada; sólo sentía muchos dolores y me quejé porque me decían una cosa, después otra, después otra. Logramos que me hicieran una tomografía computada y ahí se comprobó que tenía quebrada la clavícula (ver foto)”.
Y siguió contando: “El traumatólogo me dijo que había que operarme y colocarme unos clavos, pero que no podían hacerlo porque eso cuesta plata. Me preguntó por el seguro y le dije ‘¿qué seguro?, si me chocó la policía’. Luego me preguntó si había visto a un abogado y me pidió que le diga al abogado que lo llame. Y me mandaron a mi casa apenas con una venda. Luego Tana me consiguió un cabestrillo y acá estoy, tirada, no me puedo ni mover, con la clavícula quebrada y golpeada por todos lados. Nadie se hace cargo. A la denuncia la tengo que presentar en la Fiscalía pero el abogado me dijo que la Policía todavía no mandó las actuaciones por mi caso. Me habían dado fecha para operarme este miércoles, pero como no tengo plata no me quieren operar”.
“La verdad es que, aparte de todo lo que estoy sufriendo, tengo miedo, porque alguien me advirtió: ‘¿Cuándo vas a aprender a callarte vos, a no hablar de más?’ No quiero nombrar quién me lo dijo porque sinceramente tengo miedo”, agregó con impotencia y dolor.