Las operaciones políticas llevadas adelante por Granja Tres Arroyos para reanudar hoy su producción pese al foco de pandemia que se originó en su planta de Capitán Sarmiento, hoy no dieron resultados.
No alcanzó tampoco el apoyo del intendente de la vecina ciudad, Javier Iguacel, aliado de la empresa y no de los trabajadores, ni siquiera de la comunidad sarmientense, que hoy tiene 23 infectados de coronavirus.
Los trabajadores habían sido citados para empezar a cumplir sus tareas en el mediodía de hoy, pero la oposición del sindicato que los representa (con el apoyo del Gobierno bonaerense) impidió que vuelvan a ser expuestos a un contagio que en Sarmiento se sigue extendiendo.
“Nos tienen amontonados afuera como pollos”, manifestaban empleados del frigorífico, en otra maniobra desaprensiva de la firma faenadora de pollos más grande del país. Entre discusiones y negociaciones, finalmente (y por el momento) se impuso el cuidado de la salud a las ambiciones económicas de Tres Arroyos e Iguacel. Los trabajadores consiguieron que se los haga volver a sus hogares sin ingresar a la planta.
UN INTENDENTE IRRESPONSABLE
El ex funcionario macrista es uno de los principales responsables de la llegada del coronavirus a la localidad que gobierna, ya que fue advertido a tiempo pero priorizó los intereses económicos a la salud de su pueblo.
Cuando el coronavirus “explotó” en San Antonio de Areco, se le pidió a Javier Iguacel que adopte alguna medida con la planta de Granja Tres Arroyos en virtud de que allí coinciden trabajadores de Areco, Sarmiento, Arrecifes, Carmen de Areco, San Pedro y otras localidades de esos distritos. Sin embargo, para el intendente la empresa insignia de su cuidad es “intocable”, aunque ponga en riesgo la salud de los vecinos que lo votaron.
Iguacel no sólo desoyó todas las recomendaciones sino que desafió a los gobiernos Nacional y Provincial, incluso, habilitando algunos deportes y actividades físicas que no habían sido autorizados por los estados superiores. Priorizó los intereses económicos por un lado y los político partidarios por el otro, intentando convertirse en adalid macrista en una constante crítica al accionar del presidente Alberto Ferández y el gobernador Axel Kicillof. ¿El resultado? Una ciudad de 20.000 habitantes con 23 casos positivos de coronavirus hasta este momento.
Por su accionar, además, el coronavirus llegó a Arrecifes y a Carmen de Areco, con trabajadores de ese frigorífico contagiados.
Incluso, con su gravísimo error ya consumado, ayer intentó “lavarse las manos” en una actitud tan miserable como discriminatoria. Dio una nota al diario La Nación responsabilizando de los contagios en su ciudad a “un verdulero boliviano que iba a comprar mercadería afuera”, también intentando salvar la imagen de la empresa. En Sarmiento todos saben que es una mentira de su lamentable intendente.
Habrá que ver con qué maniobra sorprenden en las próximas horas Granja Tres Arroyos e Iguacel, quienes no tienen empacho ya en poner en riesgo la salud no sólo de los trabajadores sino de toda la región, de mas de 100.000 habitantes.