Se había anticipado en la semana lo que podía ocurrir en la serie final de la Región Pampeana Norte del Torneo Regional Federal Amateur entre Defensores de Salto y Gimnasia de Chivilcoy. Incluso el propio Ricardo Caruso Lombardi, en su columna en el canal TN, hizo referencia al escandaloso arbitraje del partido en el que los chivilcoyenses le ganaron a Regatas en San Nicolás.
Para la primera final en Salto, la AFA designó como árbitro al concordiense Juan Sandoval, que venía de ser lamentable protagonista en tres definiciones en las que perjudicó claramente a otros tantos equipos. Y en la tarde de este domingo, en el Estadio Carlos Testa del Loro, lamentablemente se confirmó lo que se presumía.
Defensores era superior a Gimnasia en el luego, pese a que no podía quebrar el cero, en parte por muy buenas intervenciones del arquero De Feliche. Corrían 21′ del complemento, siempre con el Loro dominando, cuando el arquero local, Pablo Gizzi, cometió un error en la salida con los pies: le entregó la pelota a Marcos Salvaggio, quien le pegó desde 30 metros en una impecable definición por sobre la cabeza de Gizzi. Fue el 1-0 y ahí el partido se terminó de desvirtuar.
Hasta ese momento, el arbitraje de Sandoval había dejado pasar varias duras entradas de jugadores de la visita, frenando varios avances de Defensores en acciones “chiquitas”. Pero en los festejos del gol se produjo un tumulto, un futbolista de Gimnasia se tiró simulando haber recibido un golpe y el juez expulsó a Manuel Villegas. También echó al DT local, Claudio Spontón.
El encuentro estuvo parado cuatro minutos hasta reanudarse y, aún con uno menos, el saltense siguió siendo más. Pero a los 28′, Cáceres encontró nuevamente adelantado a Pablo Gizzi y anotó el 2-0 desde atrás de la mitad de la cancha. El Loro siguió intentando el gol con todo el contexto en contra y, obviamente, nervioso, mientras Gimnasia hacía todo el tiempo posible; hasta que a los 39′ se desató el caos.
Una provocación de suplentes de Gimnasia a la hinchada del Loro terminó con gente metiéndose a la cancha, con los árbitros corriendo para no ser agredidos y con la intervención de la policía. No se jugó más. El partido se suspendió por estos incidentes.
Por supuesto, nada justifica la reacción de la gente de Defensores y mucho menos la violencia. Pero esa reacción se debe a una acción, que era la esperada y que viene siendo reiterada. Esa acción es que los árbitros intervienen descaradamente en la definición de muchos partidos de distintos torneos en el fútbol argentino. En Salto se dio un caso más y la gente ya está cansada.