Se sabe que las canchas de fútbol 5 no pueden trabajar desde el inicio de la cuarentena, hace ya casi cinco meses. Y en el caso particular de Guillermo Donnola, en su cancha ubicada en Ricardo Gutiérrez y Pedro Sardi, encima sufrió tres robos en ese período.
Cuando parecía que la impotencia no podía ser mayor ante esta situación, Guille se encontró en la tarde de este jueves con una escena inédita y una muestra de una enorme impunidad.
Le avisaron que había gente jugando en su cancha. Y así era. Un grupo de jóvenes rompió el candado, violando una propiedad privada (además del aislamiento), ingresaron a la cancha y se pusieron a jugar al fútbol como si nada. Increíble.