“La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo”, escribió Isabel Allende en ‘Cuentos de Eva Luna’.
Hoy se cumplen 24 años del trágico accidente en el que perdió la vida el máximo ídolo de la historia de Arrecifes y uno de los mayores del automovilismo argentino, Luis Rubén Di Palma. Su enorme figura, su talento, sus triunfos y sus increíbles anécdotas permanecen siempre vivas, como esa frase que lo inmortaliza: “Resistente al olvido”.
El querido Loco Luis perdió la vida el 30 de septiembre de 2000 en un accidente aéreo en Carlos Tejedor, cuando se cayó con su helicóptero. El genio del automovilismo volvía volando a Arrecifes desde Santa Rosa (La Pampa), adonde había viajado para asistir a su hijo Marcos en una carrera de Top Race. Tenía sólo 55 años; el 27 de octubre cumplía 56.
Al cumplirse 20 años de su partida, su hijo mayor, José Luis, recordó ese trágico día: “No sé si por fuentes policiales o qué, Crónica se enteró del accidente antes que nosotros, su familia. Alejandro Leguizamón lo vio por tele en La Luisa y se vino para la casa de mi vieja. Cuando llegó se dio cuenta que no sabíamos, me dijo a mí y yo fui quien tuve que darle la noticia a mi mamá. Fue muy bravo”.
Respecto de las causas del accidente, el querido Jóse aseguró: “Se quedó dormido. Después le encontramos en su mesita de luz unas pastillas para adelgazar que estaba tomando para volver al TC. Había adelgazado 14 kilos en 20 días. Una locura. Las tenía junto a un recorte de diario que hablaba de un tratamiento para adelgazar”.
Y siguió relatando que esas pastillas “tenían anfetaminas, lo tenían casi todo el día a full, casi sin dormir. En esa época Josito, con 11 años, andaba bastante con mi viejo en el helicóptero, y contaba que su abuelo, volando, apoyaba una pierna en el comando y le decía ‘si me duermo, despertame’”.