La actuación (o inacción) de la Justicia es cada vez más preocupante. En la madrugada del miércoles, en Arrecifes, por un segundo no se produjo un femicidio. Un hombre de 30 años que tenía restricción de acercamiento a su ex concubina, lo violó e ingresó al domicilio de la chica de 26 años, ubicado en la finalización de avenida Lavalle, mientras ella estaba durmiendo. Le disparó con un arma de bajo calibre apuntándole a la cabeza y la joven, en un movimiento reflejo, se cubrió con su brazo y la bala impactó en su muñeca.
El sujeto huyó mientras la víctima era intervenida quirúrgicamente en el Hospital Municipal, luego fue dada de alta y se encuentra bien.
La policía salió de inmediato en búsqueda del responsable del intento de homicidio, que se suponía estaba prófugo. La realidad es que no lo está, sino que se pidió un allanamiento y su orden de detención a la Justicia de San Nicolás y ésta no la autorizó. En cambio, la única medida que dispuso es que se custodie a la chica.
O sea que en vez de detener al victimario y que se termine el problema y se haga justicia, en este país al revés se ordena que efectivos policiales asuman la responsabilidad de evitar que el tipo intente matarla de nuevo, mientras sigue libre.