Josito se lo sigue llamando para diferenciarlo de su padre, José Luis. Pero este Di Palma que ahora está manteniendo en alto el legendario apellido ya no es un chico.
Mucho menos cuando muestra en el más alto nivel del automovilismo argentino lo que maneja. Y lo que piensa. Y su temple y su calma para estar a la altura de las circunstancias.
Pelear un campeonato de Turismo Carretera no es para cualquiera. Y mucho menos en su primera temporada completa en la categoría.
Josito lo está consiguiendo. Con su Torino, este domingo en Comodoro Rivadavia sumó su quinto podio del año, siendo segundo de Jonatan Castellano y ubicándose tercero en la Copa de Oro, ese selecto grupo de 12 pilotos que luchan por el título.
Di Palma fue tercero en las pruebas de clasificación, ganó su serie y únicamente no pudo contra un auto superior como fue el Dodge de Castellano. Atrás, lejos, en el tercer escalón del podio dejó nada menos que a Guillermo Ortelli. Hizo todo bien.
A Josito aún le falta la victoria necesaria para ser campeón. Pero aún tiene tres chances y se muestra como el más firme, el más parejo, para lo que queda.