Eran las 23:00 de la noche del jueves y River acababa de ganarle a Boca 1 a 0, en el estadio Monumental, por el partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores.
En Arrecifes, apenas finalizado el Superclásico, se escucharon algunos estruendos de cohetería y en el cielo se divisaron unos pocos fuegos artificiales, quizás comprados para esta ocasión o quizás que habían sobrado de las últimas fiestas de fin de año. Lo cierto es que los millonarios arrecifeños se hicieron sentir.
Los hinchas de River venían con bronca soportando las cargadas de los xeneizes por la victoria de Boca el pasado domingo, por el torneo local. Será por eso que ahora se desquitaron, pese a que todavía falta el partido de vuelta.
Los boquenses se apuraron a gastar a sus rivales luego de haber ganado el menos importante de los tres clásicos al hilo. Puede que los riverplatenses también se estén apurando mucho ahora. El jueves próximo se decidirá quién de los dos festeja. De nada valdrá ninguna de las victorias por bando de esta semana.