Julio Fabrizio fue mencionado en un parte de prensa policial, informando que fue aprehendido por agredir a un policía que se encontraba fuera de servicio y vestido de civil.
En los estudios de Radio Zero (100.3), Fabrizio se presentó este viernes por la mañana para aclarar el hecho y desmentir el parte policial. Una denuncia gravísima, como la contó quien al final resultó la víctima.
“Es un hecho personal y particular con el policía Gastón Ruiz, ex novio de una chica que es amiga mía desde hace 10 años. Ella tiene problemas con él, amenazas verbales y psicológicas, por lo que le dije que lo denuncie. Él leyó esos mensajes y se enojó conmigo, y por eso me fue a buscar para pelear.
El último lunes Ruiz se presentó en el gimnasio adonde voy a entrenar kick boxing (y va él también) y me desafió a pelear. El profesor lo paró, le dijo que ahí no se iba a pelear nadie. Entrenamos normalmente y cuando iba para mi casa en un cuatriciclo, en la avenida Intendente Blanco me interceptó. Me tiró con el cuatriciclo sobre un montículo de tierra y le repetí que yo no quería pelear, los que practicamos kick boxing no podemos andar peleando en la calle. Pero me tiró gas pimienta en los ojos, me pegó dos golpes en la cara, me volvió a tirar gas pimienta, me empujó al piso y me empezó a pegar patadas en la cabeza.
En el lugar había dos chicos que estaban presenciando el hecho, entonces el policía empezó a gritar: “¡Es un ladrón, es un ladrón; yo soy policía!” Yo estaba ensangrentado y lleno de tierra, entonces comencé a gritar mi nombre porque los chicos me conocen. Justo llega la policía y se enfrenta con él, para que deje de golpearme, mientras me pegaba la cabeza contra el móvil. Uno de los otros policías se enfrentó con él casi a golpes de puño, para pararlo. Todos los policías están sabiendo esto, el problema que Ruiz tiene con esta chica y hacia mí.
Pese a todo me llevaron al Hospital y luego a la Comisaría, donde me tuvieron en un calabozo durante dos horas, detenido e incomunicado.
Estoy en boca de toda la ciudad y es injusto. El comisario Cabrera luego me pidió disculpas y también lo hizo el secretario de Seguridad, Luis Quiroga, pero no lo hicieron públicamente. Deberían hacerlo públicamente, como públicamente me escracharon en un parte policial falso.
No existió el cuchillo, no existió la marihuana que dice el parte policial. Es mentira. Les pedí a los policías que me revisen la mochila cuando me llevaron al Hospital y ellos vieron que no había nada.
Nunca en la vida hice nada, no tengo ni una infracción de tránsito. Trabajo en la escuela y todos los fines de semana a los chicos les digo que no tomen, que no se droguen, que no se peleen. Imagínense lo que pueden pensar de mí ahora.
Me avergüenza muchísimo esto, me da vergüenza andar por la calle, por eso tengo que aclararlo; por mí, por mis amigos y mi familia. Y no quiero que nadie critique a la policía porque todos me defendieron; el problema no fue con la policía sino personal con uno de ellos, un mal policía que no tiene porqué afectar la imagen del resto ni de la institución”.