La idea fue magnífica, organizada con creatividad y mucho trabajo. La 1ª Fiesta del Lechón Artesanal en Arrecifes resultó un éxito en cuanto a público y al atractivo de los espectáculos que se ofrecieron en el predio del Viejo Molino, pese al intenso frío que invitaba más a quedarse dentro de casa que a pasar la tarde del domingo al aire libre.
Productores porcinos locales, con el apoyo del INTA y la Municipalidad de Arrecifes, armaron un evento muy completo; acompañados por pequeños productores de verduras y productos caseros, jardineros, artesanos, espectáculos criollos, música, baile, juegos para niños. Fue una auténtica fiesta para disfrutar, a la que también asistió gente de otras ciudades. Fue el punto de partida de un acontecimiento que puede convertirse en símbolo de Arrecifes, ya que los organizadores apuntan a repetirlo.
En cuanto a los lechones que se asaron en el lugar y a la vista, se vendió todo; aunque sufrieron problemas producto de la imprevisión de esta primera experiencia.
GENTE MOLESTA
La venta de lechones fue el punto flojo, y que ojalá los perjudicados puedan saber comprender y disculpar. Hubo muchos encargues previos (tal como pidieron los organizadores) y la entrega se complicó y en algunos casos no se cumplió.
Mucha gente aceptó la oferta e hizo su encargue para almorzar lechón el domingo en familia. Pero cuando lo fueron a buscar, no estaban listos. Así, desde el día se demoró la entrega en algunos casos hasta las dos o tres de la tarde. Hubo largas colas esperando y muchos no pudieron comer, ya que el exceso de demanda provocó que a clientes que estuvieron esperando mucho tiempo no pudieran venderle por kilo.
Las quejas en este sentido fueron reiteradas y entendibles. Tienen razón. Pero está claro que no hubo mala predisposición de los organizadores y que fue producto de una nueva experiencia que no previeron correctamente. Seguramente para la próxima el problema será subsanado.