El superintendente de Policía Local de la Provincia de Buenos Aires, comisario general Alfredo Seeber Molinari, recibió en su despacho a Luis Chocobar, efectivo de esa fuerza que cumple funciones en Avellaneda y que fue eje de una polémica cuando mató por la espalda a un delincuente que había asaltado a un turista.
Seeber fue jefe de la Policía Distrital de Arrecifes entre 2009 y 2012, cumpliendo una muy buena gestión, y en su ascendente carrera policial, en septiembre de 2016 fue designado por el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, como superintendente de Policía Local.
El comisario mayor defendió la labor de esta fuerza policial, muchas veces cuestionada:
“Hoy los policías de la Local tienen las mismas jerarquías que los de la Bonaerense, cobran el mismo sueldo y acceden al mismo equipamiento y capacitación (incluidas las 17 tecnicaturas en formación superior que antes tenían vedadas), pero la integración entre los efectivos de ambas fuerzas no es algo que se logre por decreto.
Vengo peleando todos los días para terminar con el estigma de ‘pitufos’ que los policías de la Bonaerense les asignaron a los de la Local por el color de sus uniformes, ya que todos tienen una función, como los que trabajan en investigaciones o en cualquier cuerpo. Son los que tienen que caminar o ‘quemar taco’. Y son los primeros que el vecino ve en la calle”, remarcó.
Aunque el Superintendente consideró que esa suerte de grieta entre fuerzas se ha ido cerrando a fuerza de “operativos y detenciones” que hizo la más nueva, buena parte de la comunidad los sigue mirando de reojo.
Meses atrás se viralizó un video que mostraba a policías de la Local que no sabían cargar su propio arma: “Hay gente capaz y otra que no”, reconoció Seeber, “por ahí no les enseñaron, o les enseñaron mal o se pusieron nerviosas (eran mujeres), pero eso se mejoró porque ahora van todos a la par. Son todos policías”.
“Trabajamos permanentemente en mejorar a la Policía Local. Hoy ingresan entre los 18 y 25 años, es obligatorio que tengan el secundario completo y un peso determinado”, aunque esto último se vuelve una cuestión compleja cuando aumentan dentro de la fuerza. “Es difícil, porque si sacamos a todos los que tienen ese problema por ahí nos quedamos con un cuarto de efectivos”, cerró Seeber.