El diario La Capital, histórico de la ciudad de Rosario y uno de los más importantes de la Argentina, publicó este domingo una nota referida a la dificultad económica que atraviesan miles de estudiantes universitarios de la región que eligen esa ciudad para cursar sus carreras.
El informe plantea que “un estudiante necesita como mínimo 60 mil pesos para vivir en Rosario. La mayoría gasta 110 mil y llega con lo justo. Casa y comida -lo básico- se llevan la mayor cantidad de dinero”.
Este impedimento para que los jóvenes puedan progresar educativamente, con el sueño de convertirse en profesionales, se acentúa entre quienes optan por hacerlo en la Ciudad de Buenos Aires, algo más cara que Rosario. Pero el caso de la metrópolis santafesina es especial para los arrecifeños, ya que nuestra Municipalidad se negó a concretar una importante posibilidad que les facilitaría sus estudios.
LA FRUSTRACIÓN DE LA CASA DE ARRECIFES EN ROSARIO
Durante muchos meses el concejal Sebastián Reigosa y su equipo del Partido Socialista trabajaron el año pasado en la elaboración de una ordenanza estableciendo la creación de la Casa Municipal de Estudios Universitarios de Arrecifes en la ciudad de Rosario.
Viajaron en varias oportunidades a esa ciudad y se reunieron con autoridades del Municipìo rosarino, consiguiendo su apoyo para facilitar los trámites burocráticos y ofrecerles beneficios a los estudiantes arrecifeños que se radicaran allí.
Vieron casas para alquilar (no hay muchas en condiciones de albergar a muchos estudiantes), hablaron con inmobiliarias, consiguieron avales y seguros y elaboraron una importante y seria ordenanza que les allanaría mucho el camino de estudios a los jóvenes de nuestra ciudad. Sólo debían pagar $ 3.000 en concepto de cuota mensual para mantenimiento del inmueble.
Tal es así que, cuando Reigosa presentó el proyecto en el Concejo Deliberante, fue aprobado por unanimidad y enviado a la Municipalidad de Arrecifes para que lo reglamente y lo ponga en funcionamiento.
Pero el intendente Javier Olaeta se negó a hacerlo y vetó la ordenanza. Lo más increíble de todo es que, al tener que tratar el Concejo el veto del Intendente, los ediles radicales que hacía unos días se habían mostrado satisfechos con esta posibilidad y la habían aprobado, se desdijeron por orden de Olaeta y apoyaron su veto.
Como siempre ocurre en Arrecifes, con el tiempo el tema se olvidó y quedó en la nada. Y muchos jóvenes con capacidad para ser futuros profesionales, debieron abandonar su idea de progresar en la vida. Triste.