En la mañana de este martes, un joven de nombre Leonardo (prefirió que no se revele su identidad) se comunicó con Radio Zero (100.3) para relatar un hecho de robo sufrido por su abuela de 92 años.
En diálogo con Mónica Teves, comentó: “Periódicamente hablo por teléfono con mi abuela, para ver cómo está, si necesita algo… El lunes por la tarde me llamó y me preguntó ‘¿pudiste hacer eso, lo del banco?’ Yo no entendía nada de lo que me decía, le empecé a preguntar y ahí me contó. ‘Tu padre me llamó por teléfono, me dijo que estaba en el banco y que iba a haber un cambio de billetes que iba a hacer perder valor al dinero, que había que cambiarlo, y que me iba a mandar al contador a buscar toda la plata que yo tenía’, relató la abuela.
Mi abuela no tiene hijos varones, por eso desconfió y se lo dijo, a lo que el tipo que supuestamente era mi padre (su yerno), le dijo “pasa que yo te quiero como una madre”. Además le desconoció la voz, pero él le argumentó que estaba resfriado.
No obstante, mi abuela siguió desconfiando y le dijo ‘esperá que corto y hablo con mi nieto’, o sea conmigo. Pero cortó el teléfono, del otro lado no cortaron y cuando marcó para llamarme a mí seguía estando este sujeto del otro lado de la línea. Y enseguida le dijo ‘hola, abuela; sí, te va a volver a llamar mi papá, hacé todo lo que él te diga’.
Ahí fue como la engañaron, le mandaron al supuesto contador, al que ella hizo pasar a su casa y le dio todo el dinero que tenía. Mucha plata, los ahorros de toda su vida”, siguió contando Leonardo al borde del llanto por la bronca.
“Luego le dijo que anote mi nombre y mi teléfono en un papel, y cuando mi abuela estaba haciendo eso, el tipo aprovechó para irse. Mi abuela contó que era un hombre de unos 30 años, bien parecido, educado, y que portaba un maletín… Eran las tres de la tarde cuando ocurrió eso, en barrio Las Flores; una locura”, continuó.
“Cuando le dije a mi abuela que la habían engañado, se sintió mal, le subió la presión. Ella tuvo algunos episodios de infartos cerebrales y esto le hizo muy mal, además tiene 92 años. Yo estoy trabajando en Pergamino y por eso me vine de inmediato a Arrecifes, mientras le pedía a mi madre que vaya urgente a la casa de mi abuela a verla.
Me da mucha bronca esto, mucha impotencia. Con los abuelos no se jode. Y lo hago público para alertar a la comunidad de que en Arrecifes está pasando esto. Es más, un amigo mío me contó que a su abuelo quisieron hacerle lo mismo, pero no pudieron engañarlo”, cerró Leonardo.